MOSCÚ.- Rusia participa en la primera misión europea a Marte con un cohete Soyuz-FG que, desde el cosmódromo kazajo de Baikonur, impulsará mañana la sonda "Mars Express" hacia el planeta rojo.
Está previsto que el Soyuz-FG, con la "Mars Express" a bordo, despegue desde la estepa de Asia Central a las 17:45 GMT del lunes y dé así el pistoletazo a la mayor aventura de la Agencia Espacial Europea (ESA), cuya meta expresa es buscar vida en Marte.
El cohete ruso, dotado con un motor de aceleración Fregat, estará controlado por la agencia Rosaviakosmos y las Fuerzas Espaciales de Rusia hasta que se separe de la sonda europea a los 90 minutos de su lanzamiento.
Será la estación que la ESA dispone en New Norcia, suroeste de Australia, la que se haga cargo de la "Mars-Express", que, a una velocidad de tres kilómetros por segundo y merced a sus paneles solares, tardará seis meses en alcanzar la órbita marciana.
El Soyuz-FG es uno de los vehículos espaciales más modernos y seguros, con cinco lanzamientos y ningún fallo desde que el 20 de mayo de 2001 realizó su primera misión, de ahí el optimismo con el que ayer concluyeron los preparativos del lanzamiento los técnicos rusos en Baikonur.
En el proyecto "Mars-Express", que ha costado 300 millones de euros, casi el doble de lo previsto inicialmente, ha participado el Instituto de Investigación Espacial de la Academia de Ciencias de Rusia.
Según indicó el director del proyecto, Rudi Schmidt, el estricto cumplimiento del plan de la expedición ha permitido adelantar el lanzamiento, antes previsto para el 6 de junio próximo.
Mañana es el día "D" de la aventura espacial europea, según los especialistas rusos, pues en esta época cuando será mínima la distancia que separa Marte de la Tierra -unos 55 millones de kilómetros-, un fenómeno que ocurre una vez cada 17 años.
Tras su periplo de medio año y seis días antes de entrar en órbita de Marte, prevista para el 26 de diciembre, la "Mars-Express" despedirá a su pasajero y verdadero "héroe" de esta aventura: el robot "Beagle-2".
Durante dos años, la "Mars-Express" rastreará desde su órbita casi elíptica la superficie marciana y su atmósfera, trazando mapas en tres dimensiones y fotografiando los posibles lugares donde podría haber rastros de agua o hielo.
El módulo orbital también podrá estudiar el subsuelo marciano gracias a un radar que le permite indagar a varios kilómetros bajo la superficie del planeta
Mientras, el "Beagle-2" (con el nombre del barco en el que navegó Charles Darwin durante su expedición de 1831-36) aterrizará dentro de una elipse de 300 kilómetros de longitud y 150 kilómetros de anchura en el ecuador de Marte, en la zona llamada Isidis Planitia.
El "Beagle" aterrizará como una "pelota de goma" que rebota sobre la superficie marciana gracias a sus paracaídas y cojines de gas que lo protegerán de los impactos.
Al "marcianizar", el robot emitirá una peculiar señal de nueve notas (compuesta por el grupo británico "Blur") que será recogida por el radiotelescopio de Jodrell Bank, en Gran Bretaña, y que indicará que la aventura europea en Marte sólo está empezando.
El "Beagle-2", con un peso de 65 kilogramos, está dotado de un brazo articulado que dispone de un auténtico laboratorio en su extremo, con cámaras estéreo, un dispositivo para taladrar un centímetro en rocas y suelo, pinzas para recoger muestras y hasta un microscopio incorporado.
Un par de espectómetros permitirán al "Beagle" estudiar la composición de las rocas y con otro taladro más potente recolectará muestras a 1,5 metros de profundidad, siempre con el objetivo de buscar posibles formas o restos de vida en Marte.
En esta aventura los europeos no estarán solos: apenas una semana después de la prevista llegada a la superficie marciana del "Beagle-2", se espera al primero de los gemelos "Mars Exploration Rovers", de la NASA.
Los "hermanos Rovers", con mayor movilidad y capacidades que su primo "Beagle", explorarán dos de los puntos más misteriosos de Marte: el cráter Gusev, donde se supone que hubo alguna vez un lago, y el llamado "Meridiani Planum", área donde parece haber gran cantidad de óxido de hierro.
En ese mismo mes de enero, llegará a la órbita marciana la sonda japonesa "Nozomi", que estudiará las capas más exteriores de la atmósfera de Marte y la acción de los vientos solares.
Los científicos rusos son tajantes ante este populoso turismo a Marte: todas las expediciones se complementan y sirven de prólogo a la mayor aventura de todas, es decir, el envío de una tripulación humana al planeta rojo.