EVIAN, FRANCIA.- El Presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, llamó hoy en la cumbre del G8 a reforzar las relaciones entre los países en vías de desarrollo, al tiempo que pidió el acceso "sin discriminaciones" a los mercados de los países ricos y presentó su proyecto de Fondo Mundial contra el Hambre.
"Los países en vías de desarrollo no deben esperar a que los del G8 los inviten para celebrar nuestras reuniones. Podríamos reunirnos sistemáticamente para establecer la buena política comercial y cultural entre nosotros", declaró Lula en conferencia de prensa tras la reunión.
Brasil, junto con Rusia, India, Nigeria o Sudáfrica, enumeró, "tenemos mucho en común" y "debemos decidir nuestras políticas, valorarnos y saber que tenemos fuerza y potencial de crecimiento", estimó, por lo que alentó a un "mayor comercio entre los países en vías de desarrollo" para no ser tan dependientes de los países industrializados.
Lula lanzó este mensaje en una cumbre del G8 con invitados de 11 países en vías de desarrollo de África, América Latina y Asia, forjado en reuniones bilaterales con sus homólogos de Rusia, Sudáfrica y Senegal -con los que preparó su viaje a cinco países africanos en agosto- y Arabia Saudita. Lula tiene previsto reunirse el lunes con los jefes de Estado de China e India.
El Primer Mandatario brasileño estimó que su país ha "perdido mucho tiempo" en el pasado, relacionándose sólo con la Unión Europea y Estados Unidos.
En su intervención en la cumbre del G8 ampliado de este domingo, Lula trasladó el pedido del Grupo de Río a los países ricos para que abran sus mercados a las exportaciones de los países en vías de desarrollo.
"La incorporación de los países en vías de desarrollo a la economía global pasa necesariamente por el acceso sin discriminaciones a los mercados de los países ricos", aseguró.
"Pero ¿Cómo competir libremente en medio de la guerra de subsidios y otros mecanismos de protección, que crean una verdadera exclusión comercial?", se preguntó el Mandatario, en referencia a la política agrícola de Estados Unidos y la Unión Europea (UE). Por eso, Lula pidió "coherencia a los socios más ricos".
"La cuestión de las tarifas, de los productos agrícolas, sobre todo en la Unión Europea y en Estados Unidos, tiene que avanzar (...) hay una sensibilidad de que se deben hacer cambios para que las oportunidades sean más iguales y para que la relación comercial se democratice más", declaró en conferencia de prensa.
Al mismo tiempo llamó a los países pobres a "presionar a los países ricos" para que pongan fin a las medidas proteccionistas, pero también alentó a un "mayor comercio entre los países en vías de desarrollo" para no ser tan dependientes de los países industrializados.
Lula se declaró preocupado por las resistencias en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) "a la hora de eliminar los subsidios millonarios, principalmente a la agricultura", lo que "sólo aumenta el escepticismo en relación con las buenas intenciones y la sabiduría de los más prósperos".
Pero estimó que "las primeras señales concretas de cambio ya se han dado en la OMC", donde actualmente se negocia un acuerdo de liberalización comercial internacional, y prevé "cambios sustanciales en la cuestión de los subsidios agrícolas" en la próxima reunión ministerial de la organización en Cancún (México) en septiembre.
Lula también presentó al G8 su propuesta para financiar el Fondo Mundial contra el Hambre con "una tasa al comercio internacional de armas, lo que aportaría ventajas desde el punto de vista económico y también social", y con "mecanismos para alentar a los países ricos a reinvertir en dicho fondo un porcentaje del servicio de la deuda pagado por los países deudores".
La propuesta fue recibida con entusiasmo por el presidente francés, Jacques Chirac.