MADRID.- Los ministros de Relaciones Exteriores de los 19 países de la OTAN afirmaron el martes en Madrid su voluntad de ampliar su radio de acción, inclusive hasta Irak, deseando claramente olvidar un asunto que causó divisiones en el seno de la Alianza Atlántica.
"Pienso que la OTAN va por buen camino", declaró Marc Grossman, subsecretario de Estado norteamericano presente en el consejo atlántico de Madrid en reemplazo de Colin Powell.
Al inaugurar la reunión, el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), George Robertson, quiso "recordar a cada uno la realidad de nuestra Alianza post-Praga, mientras la prensa sigue haciendo predicciones sombrías sobre disputas transatlánticas".
El comunicado final de este consejo que continuará el miércoles no hace ninguna mención a las graves diferencias que en el seno de la Alianza provocó la intervención armada estadounidense-británica en Irak.
Según el texto, las discusiones de Madrid permitieron "acercar" a la organización a los objetivos planteados en la cumbre de Praga, en noviembre de 2002, para adaptarla a las nuevas amenazas internacionales, aprobar el concepto de una fuerza de reacción rápida y recibir a siete países europeos ex comunistas a partir de mayo de 2004.
Lituania, Estonia, Letonia, Bulgaria, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia, asisten como invitados al consejo de Madrid.
Con la adhesión de esos países "se ha reforzado el campo de la libertad", consideró la ministra española de Asuntos Exteriores, Ana Palacio.
"Los miembros de la OTAN decidieron que la Alianza debe enfrentar desafíos más allá de nuestros límites habituales", confirmó Robertson. En ese contexto, los cancilleres de la OTAN acordaron brindar apoyo logístico a Polonia para dirigir una fuerza de estabilización internacional en una parte de Irak.
El consejo atlántico de Madrid también abordará las relaciones con la Unión Europea (UE), Ucrania y Rusia, y la sucesión de Robertson.
