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Papa visitará Croacia el jueves en su viaje número 100

Con este desplazamiento, Juan Pablo II recorrerá unos tres mil kilómetros que, sumados a todos los anteriores, supondrán que el Papa, de 83 años, habrá dado 29 veces la vuelta al mundo.

03 de Junio de 2003 | 08:10 | EFE
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa viajará el próximo jueves a Croacia en una visita de cinco días, que supone su tercera estancia en esta república balcánica y el número cien de sus viajes por el mundo en los casi 25 años de Pontificado.

Con este desplazamiento, Juan Pablo II recorrerá unos tres mil kilómetros que, sumados a todos los anteriores, supondrán que el Papa, de 83 años, habrá dado 29 veces la vuelta al mundo.

El Pontífice afronta esta visita con la misma ilusión que puso en los 99 viajes anteriores, pues como ha dicho en numerosas ocasiones siempre está dispuesto a viajar allá donde sea necesaria su presencia.

Aunque sigue teniendo graves dificultades para caminar, el uso de la peana móvil para desplazarse y del sillón especial, cuyo mecanismo le permite oficiar misa de pié, pero, prácticamente, sentado- le facilitan poder seguir haciendo su labor apostólica.

Este viaje, de todos modos, es duro y pondrá otra vez a prueba su "mala salud de hierro", ya que todos los días irá en avión a una ciudad diferente de Croacia, regresando a Rijeka, la antigua Fiume, donde estará alojado durante toda su visita.

Juan Pablo II llegará al aeropuerto de Rijeka, en la isla de Krk, a primeras horas de la tarde del día. Tras ser recibido por las autoridades locales y pronunciar un discurso en croata, se trasladará en catamarán hasta el puerto de la localidad.

En el seminario de Rijeka se entrevistará después con el presidente de Croacia, Stjepan Mesic.

El viernes viajara en avión hasta Dubrovnik, donde proclamará beata a la monja Marija Petkovic, fundadora de la congregación de las Hijas de la Misericordia, que trabajan en numerosos países, varios de ellos latinoamericanos.

El sábado, 7, viajará a Osijek, en la parte nororiental del país, la zona más rica de Croacia, pero también la más afectada y destruida por la guerra de los pasados años.

Ese mismo día visitará también la catedral de Djakovo, a más de 30 kilómetros de Osijek, donde se trasladará en automóvil, lo que le supondrá un nuevo esfuerzo.

El domingo, 8, lo transcurrirá en Rikeja, donde oficiará una misa que se espera multitudinaria, se reunirá con todos los obispos de Croacia, mantendrá un coloquio con el primer ministro y visitará la catedral de Trsat.

El lunes 9 se trasladará, siempre en avión, a Zadar, donde oficiará una Liturgia de la Palabra y a primeras horas de la tarde regresará a Roma, donde comenzará a preparar su siguiente viaje, a Bosnia-Herzegovina.

Y es que Juan Pablo II viajará a Banja Luka el 22 de junio, para beatificar al laico nacido en Croacia Ivan Merz.

El Vaticano fue uno de los primero estados en reconocer la independencia de Croacia de Yugoslavia y ese pronto reconocimiento, en 1992, junto a la presión que ejerció para que otros países hicieran lo mismo, motivó que Serbia acusara a la Santa Sede de haber sido sino la causante, "parte interesada" en la guerra.

Además, los ortodoxos serbios se mostraron recelosos y muchos de ellos acusaron a los católicos de querer "reconquistar" esa tierra. El Papa hizo su primera visita a Croacia en 1994 y dos años después la segunda, en la que beatificó al arzobispo de Zagreb, Alois Stepinac, juzgado y condenado por el régimen comunista yugoslavo por su colaboración con los nazis y declarado mártir de la persecución comunista por la Iglesia Católica.

En esa dos visitas, el Pontífice llamó a la reconciliación y al respeto de los derechos de todas las etnias que conforman Croacia. También advirtió de los peligros del nacionalismo y abogó por un nacionalismo "sano". De los casi cinco millones de croatas, el 80,9 por ciento son católicos.

El Papa se va a encontrar con un país que ha dado pasos agigantados para modernizarse, con la mirada puesta en su ingreso en la Unión Europea. A pesar de esos avances, el paro afecta al 25 por ciento de la población de casi cinco millones de habitantes, el 80,9 por ciento de ellos católicos.

Las relaciones entre la Iglesia Católica y el Estado son buenas. La Iglesia apoya la política exterior del Gobierno y la entrada del país en la UE.
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