BUENOS AIRES.- El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Julio Nazareno, aseguró hoy que las fuertes críticas contra el máximo tribunal lanzadas por el gobernante argentino, Néstor Kirchner, no le obligan "a nada".
Nazareno salió al cruce de las manifestaciones de Kirchner, quien anoche le pidió al Parlamento que avance con "urgencia" en el juicio político a la Corte Suprema y dijo que no es función del Ejecutivo cesar a alguno de sus miembros, acusados de mal desempeño de sus funciones.
"El discurso del Presidente no me obliga a nada. No sé de qué habla Kirchner sobre extorsión, yo nunca hablé con él", declaró el magistrado a los periodistas en la puerta de su domicilio.
Además, Nazareno desafío a las autoridades a que, "si quieren, convoquen a un plebiscito" para que la población se pronuncie sobre la continuidad de los nueve integrantes del alto tribunal.
El pasado martes, Kirchner había señalado que estaba estudiando la convocatoria a un referendo no vinculante sobre un eventual cambio de los miembros de la Corte.
En su primer discurso al país por radio y televisión desde que asumió la presidencia, el pasado 25 de mayo, ayer el mandatario no mencionó esa posibilidad, pero reclamó al Parlamento que "marque un hito hacia la nueva Argentina (...) preservando a las instituciones de los hombres que no están a la altura de las circunstancias".
También cuestionó las "impropias declaraciones" de Nazareno, quien durante los últimos días protagonizó un agrio cruce verbal con el Gobierno.
El Presidente de la Corte Suprema no quiso hacer comentarios sobre el mensaje de Kirchner, pero anunció que hoy mismo se reunirá con sus pares para definir la actitud que adoptará el tribunal.
"Escuché atentamente las palabras del presidente y hoy vengo a intercambiar las opiniones del discurso de ayer con mis pares. Terminado este intercambio los convocaré y haré las declaraciones pertinentes", explicó.
Al mismo tiempo, la comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados comenzará hoy a tratar acusaciones contra Nazareno y Carlos Fayt, otro de los magistrados de la Corte cuestionados.
Los jueces del máximo tribunal cuentan con altos niveles de desprestigio entre la población y son acusados de haber generado una "mayoría automática" que falló siempre a favor de los intereses del gobierno de Carlos Menem (1989-1999), quien compitió con Kirchner en las últimas elecciones.
En los procesos de destitución de los miembros de la Corte, la Cámara de Diputados actúa como parte acusadora y es necesario el voto positivo de dos tercios de sus 257 miembros para remitir el expediente al Senado, que se encarga de realizar el juicio.
El tribunal tiene en sus manos la resolución de casos de vital importancia para la normalización del país, como la legalidad o no de la conversión a pesos de los depósitos bancarios en dólares y la nulidad de dos leyes que pusieron fin a las investigaciones contra militares que actuaron durante la última dictadura (1976-1983).