SANTIAGO.- El diario "The New York" Times anunció hoy que renunció su director de información Howell Raines y el director gerente Gerald Boyd, luego de un escándalo ético periodístico al descubrirse que un reportero del prestigioso medio había inventado numerosas fuentes de información y entrevistas.
"Howell y Gerald han presentado sus renuncias y las acepté con tristeza basado en lo que creo es lo mejor para The Times", dijo Arthur Sulzberger, el presidente de The New York Times Co.
El Times agregó que Joseph Lelyveld, un ex director ejecutivo del diario, será director ejecutivo interino. No se designará un director gerente interino.
El escándalo comenzó a principios de mayo pasado con las revelaciones de que un reportero del diario, Jayson Blair, había plagiado informaciones de otros periodistas, inventado declaraciones y simulado estar en misión para trabajos que hizo desde su propio domicilio.
Blair confesó sin tapujos haber engañado a la dirección del diario e incluso se burló, en declaraciones a otros medios, de que el diario publicara un largo artículo con todas las trampas detectadas.
Cuando todavía arreciaban las críticas por la actuación de Blair, cuyo comportamiento errático había sido objeto de quejas de sus superiores que fueron ignoradas, el diario suspendió a otro periodista temporalmente por no haber mencionado el nombre de un colaborador que contribuyó significativamente en un artículo.
EL JOVEN JAYSON BLAIR
El buque insignia de la flota mundial de diarios de calidad, enfrentó la peor crisis de su historia al descubrir que el reportero de 27 años llevaba largo tiempo inventando entrevistas y reportajes. Blair finalmente renunció el 1 de mayo después de que el diario descubrió mentiras, plagio e imprecisiones en 36 de 73 artículos que escribió entre octubre y abril.
Después de cuatro años en "The New York Times", al cual llegó como practicante, Blair había logrado varias veces estar en primera página con sus reportajes novedosos, bien escritos y a veces conmovedores. El problema es que, en muchas oportunidades, Blair no había entrevistado a los personajes que aparecían en sus crónicas, no visitaba los lugares que describía con lujo de detalles y simplemente plagió o inventó muchas informaciones.
A comienzos de mayo estalló el bochorno. Sintiendo como si tuviera "un enorme ojo en tinta", según la gráfica expresión del presidente Sulzberger, el diario contó lo ocurrido con lujo de detalles. Junto con dar sus disculpas a los lectores, sostuvo editorialmente que la forma correcta de enfrentar una situación como ésta es mediante un esfuerzo de "buen periodismo, periodismo cuidadoso".