BUENOS AIRES.— El Presidente argentino Néstor Kirchner ordenó el jueves a la Secretaría de Inteligencia que difunda informes hasta ahora reservados sobre el mortífero atentado antisemita que en julio de 1994 destruyó una mutual judía.
De esta forma, la justicia tendrá acceso ahora a información que se considera clave en el esclarecimiento del ataque, que dejó 85 muertos y al menos 200 heridos.
La decisión de Kirchner responde a un pedido de los familiares de las víctimas así como también de los responsables de la Asociación de Mutual Israelita Argentina (AMIA).
"Es la noticia casi más trascendente que ha ocurrido en estos nueve años", dijo a los periodistas Abraham Kaul, presidente de la AMIA.
Hasta ahora pesaba sobre la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) un decreto presidencial que impedía a cinco directivos y 14 agentes declarar ante la justicia. Al mismo tiempo que mantenía en secreto datos sobre el atentado.
En un tribunal oral en lo penal se lleva adelante desde hace dos años el juicio contra una decena de acusados, casi todos ex policías, por su conexión local con el atentado.
No se los acusa del ataque propiamente dicho, sino de haber facilitado a los terroristas la camioneta utilizada como coche bomba para demoler el edificio de ocho pisos de la AMIA.
Con el levantamiento de la prohibición, los agentes de inteligencia podrán presentarse a declarar y así dar a conocer aquellos aspectos del atentado que todavía son un interrogante.
La semana pasada informes periodísticos revelaron que la SIDE pudo tener conocimiento del ataque contra la mutual judía 48 días antes de que se perpetrara a partir de un mensaje procedente de la Embajada argentina en el Líbano a un representante del organismo en la Cancillería.
Dicho informe daba cuenta de supuestas declaraciones de un jefe de Jizbolá, organización fundamentalista islámica que actúa en el Líbano y a la que se responsabiliza por la voladura de la AMIA.