OSIJEK, Croacia.- Bajo un sol candente el Papa Juan Pablo II pronunció el sábado un mensaje de reconciliación en un rincón de Croacia aún amargado por el conflicto de la década de 1990.
Las temperaturas alcanzaron los 38 grados centígrados afectando a muchos de los 150.000 peregrinos que abarrotaban un aeródromo para ver al pontífice. Funcionarios dijeron que por lo menos dos personas murieron a consecuencia de ataques cardiacos y decenas se desmayaron o buscaron atención médica.
Juan Pablo II, de 83 años, que está en medio de su centésimo peregrinaje, parecía soportar bien su pesado atavío eclesiástico. Pidió a los creyentes que ayuden a superar el conflicto de la postguerra entre los croatas católicos y los serbios ortodoxos en esta región oriental, donde ocurrieron algunos de los peores combates de la guerra de Croacia en 1991 para independizarse de Yugoslavia.
El Papa también se dirigió a los líderes de la iglesia ortodoxa como parte de sus esfuerzos para que quede atrás un milenio de desconfianza mutua entre las dos principales ramas del cristianismo.
Las relaciones entre los católicos romanos y los cristianos ortodoxos frecuentemente han sido tensas en Europa Oriental, donde la percepción es que el Vaticano trata de expandir su influencia en un territorio tradicionalmente ortodoxo. El año pasado Juan Pablo II habló a líderes ortodoxos durante una visita a Bulgaria.
La disputa es particularmente aguda en Rusia, que ha obstaculizado las esperanzas de Juan Pablo de realizar una visita.
"Luego de difíciles tiempos de guerra, que han dejado a la gente de esta región con profundas heridas no sanadas aún, un compromiso para la reconciliación, la solidaridad y la justicia social exige valor de parte de individuos inspirados por la fe", dijo a la multitud.