LUXEMBURGO- Los cancilleres de la Unión Europea (UE) prevén confirmar este lunes las sanciones diplomáticas decididas el 5 de junio contra Cuba mientras el ministro italiano, Franco Frattini, se mostró a favor de que los Quince revisen los fondos de cooperación que destinan a la isla para no beneficiar al régimen.
Los ministros, que prevén debatir en Luxembugo y a pedido de Italia el estado de las relaciones con Cuba tras las sanciones impuestas por la persecución de disidentes en abril en la isla y la dura reacción del presidente Fidel Castro la pasada semana, preparaban una declaración en la que confirmarán las medidas tomadas y la revisión en julio de su posición sobre este país en la que piden una transición democrática, y responden a los ataques del régimen.
Tras las detenciones y condenas de disidentes y la ejecución de tres personas en Cuba en abril, los Quince decidieron el 5 de junio limitar las visitas de alto nivel a la isla, invitar a disidentes a sus ceremonias nacionales en Cuba, reducir la importancia de su participación en las manifestaciones culturales en la isla y revisar en julio la posición común sobre Cuba en la que los Quince piden desde 1996 una transición hacia la democracia.
Por su parte, el canciller italiano declaró que "no es posible que haya países que hagan cosas distintas que otros países europeos, por eso digo que sí a las ayudas destinadas a la población cubana que sufre; ciertamente no a las ayudas que pueden animar al régimen de Castro a continuar por este camino".
Según el diario español El País, Italia congeló seis programas de cooperación con la isla valorados en 40 millones de euros. Además, el gobierno y el parlamento italianos se mostraron en abril partidarios de un embargo europeo a Cuba.
Para Frattini, la UE debe "ayudar al pueblo cubano que sufre un régimen seguramente duro y dictatorial, por eso debemos preocuparnos del programa de ayuda de emergencia y humanitario a la población cubana, que no se interrumpirá".
En la misma línea, el alto representante de Política Exterior y de Seguridad de la UE, Javier Solana, se mostró en contra de que los Quince suspendan la ayuda dirigida a la población cubana.
"Es la última cosa que se debe hacer" y "en principio no deberíamos poner sanciones" de este tipo, declaró.
Los cancilleres belga y portugués, Louis Michel y António Martins da Cruz, se mostraron contrarios a un endurecimiento de las sanciones. "La Unión Europea ya tomó medidas suficientemente duras con relación a Cuba", estimó el portugués.
Además de las ayudas que pueda destinar cada país europeo, el presupuesto europeo reserva anualmente a Cuba entre 15 y 20 millones de euros y desde el año pasado no está renovando los programas de ayuda humanitaria por estimar que ya no es necesaria en la isla, en favor de proyectos de cooperación económica para favorecer la entrada de la isla en la economía de mercado, y programas con la sociedad civil.
Según una fuente europea, España estaría a favor de que los países europeos revisen las ayudas para limitarlas "si es una medida europea".
Por su parte, el canciller belga se manifestó a favor de que continúe con la isla el diálogo político que él contribuyó a reanudar en diciembre de 2001.
"Soy favorable (...) al diálogo político" y a "dejar un espacio más amplio para" éste "para hacer avanzar la situación democrática en este tipo de países", declaró.
"No creo que ayudemos a los demócratas y a las democracias emergentes en estos países rompiendo el diálogo político". "Evidentemente debemos emitir juicios y debemos criticar lo que Cuba hace mal y debemos seguir alentando el diálogo político", apuntó.
El ministro, que lideró en la segunda mitad de 2001 el acercamiento de la UE a Cuba y la reanudación del diálogo político entre ambos cuando Bélgica ejerció la presidencia de la UE, dijo lamentar "que no se hayan hecho grandes esfuerzos a nivel europeo para continuar este diálogo", en referencia a las posteriores presidencias europeas de España, Dinamarca y ahora Grecia.
Este diálogo, que tuvo una segunda edición en diciembre de 2002 en Copenhague, debe continuar este año en diciembre bajo presidencia italiana de la UE. Los Quince todavía no se han pronunciado al respecto, pero deben revisar en julio sus relaciones con Cuba.
