JALDIYA, Irak.- Un francotirador mató a un soldado estadounidense cuando iba de patrulla en Bagdad, dijeron el martes fuentes militares, mientras que las autoridades iraquíes en las aldeas aledañas fueron atacadas desde vehículos en marcha, una táctica intimidatoria para que no cooperen con las fuerzas de ocupación.
Los incidentes ocurrieron mientras el ejército estadounidense anunció que sus soldados detuvieron a 412 personas y realizaron 69 allanamientos durante tres días de redadas en Bagdad y el norte de Irak para "aislar y derrotar a los bolsones de resistencia que intentan retrasar la transición a un Irak estable y pacífico".
Durante el ataque del francotirador, ocurrido el lunes por la noche, el soldado, miembro de la Primera Brigada de la Primera División del Ejército, recibió un tiro en la espalda cuando circulaba en el asiento trasero de un vehículo todo terreno, dijo el teniente Alex Kasarda. El atacante escapó.
Los médicos que llegaron al lugar administraron los primeros auxilios al herido y trasladaron al soldado al hospital de campaña de la brigada, donde fue declarado cadáver, agregó Kasarda. Su identidad no fue facilitada hasta que sea notificada su familia.
Las autoridades militares dijeron que la bala penetró el chaleco blindado del soldado al entrar en un ángulo cuya trayectoria no incluía la placa cerámica de amortiguamiento.
Cuando ocurrió el ataque, decenas de soldados de esa brigada participaban en el allanamiento de un café y una escuela religiosa en el barrio de Azamiya, un reducto sunita en el que han sido repetidamente emboscados los soldados estadounidenses.
El domingo, los insurgentes emboscaron dos convoyes militares al norte de Bagdad, hiriendo a 10 soldados y a varios civiles iraquíes que viajaban en un autobús que en ese momento adelantaba a uno de los convoyes.
Unos 50 soldados han muerto en Irak desde que concluyeron las principales operaciones bélicas el primero de mayo, ya sea por fuego hostil o accidentes.
En Faluya, a 55 kilómetros al oeste de Bagdad, los insurgentes dispararon contra la alcaldía y el juzgado. En la vecina aldea de Jaldiya, fueron efectuados disparos contra una comisaría policial la noche del martes. No hubo heridos.
Las fuerzas estadounidenses restauraron la autoridad de los organismos locales en la zona, trabajando estrechamente con los alcaldes para coordinar la entrega y distribución de ayuda, pagando el salario de los jueces para que reanuden los juicios al mismo tiempo que armaron nuevamente a la policía iraquí y efectuaron patrullajes conjuntos.