WASHINGTON.- El presidente del Comité de Finanzas del Senado, el republicano Charles Grassley, dijo hoy que busca agilizar la votación sobre los acuerdos comerciales de EE.UU. con Chile y Singapur "antes del receso legislativo de agosto".
Senadores, representantes del Gobierno y del sector empresarial destacaron en una audiencia las virtudes y beneficios de esos acuerdos, como parte de los esfuerzos bipartidistas para abrir los mercados extranjeros a los bienes y servicios estadounidenses.
Ambos tratados "son acuerdos sólidos que merecen el amplio apoyo del Congreso", dijo Grassley al inicio de la audiencia de su comité.
"Forjamos un consenso bipartidista en el Senado a favor de la ley comercial el año pasado y espero que esto mismo logremos con estos dos acuerdos", señaló.
El demócrata de mayor rango en el Comité de Finanzas, Max Baucus, dijo que la apertura comercial con Singapur y Chile se traducirá en más oportunidades para los trabajadores, agricultores y empresarios estadounidenses, que están ansiosos por competir" en el mercado internacional.
El acuerdo con Chile, por ejemplo, elimina "las desventajas que ahora afrontan los productores de trigo frente a sus pares de Canadá para vender en Chile" y los agricultores de Montana tendrán acceso al creciente mercado chileno, dijo Baucus.
Citó como ejemplos de otros beneficios que la cadena de cafeterías Starbucks abrirá su primera sucursal suramericana en la capital chilena y que los fabricantes estadounidenses de automóviles podrán vender sus automóviles en Chile "sin impuestos prohibitivos".
Un representante de la Asociación de Agricultores de Montana, Keith Schott, coincidió con Baucus en que el acuerdo con Chile, en particular, traerá grandes beneficios para su gremio.
Según Schott, los agricultores de Montana ven con buenos ojos el acuerdo porque elimina las tarifas a las exportaciones estadounidenses de sémola y cebada.
Se calcula que el 80 por ciento del trigo cultivado en Montana se exporta.
El representante adjunto de Comercio Exterior, Peter Allgeier, pidió la pronta aprobación de los acuerdos por considerarlos un instrumento valioso para todos los sectores de la economía nacional.
En el caso de Singapur, se trata de un intercambio comercial de más de 40.000 millones de dólares, mientras que el de Chile "ayudará a impulsar el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA)", subrayó Allgeier.
Es necesario aprobar estos acuerdos "que servirán como catalizadores para nuestra expansión comercial en Asia y el hemisferio sur", enfatizó.
La Casa Blanca envió el viernes pasado a los comités de Finanzas del Senado y de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes un anteproyecto de ley sobre el acuerdo comercial con Singapur, firmado en mayo pasado.
El envío del documento es el primer paso formal hacia la votación de los acuerdos bilaterales de comercio de Estados Unidos.
De acuerdo con la ley comercial promulgada en agosto de 2002, el Congreso debe ratificar o rechazar todo convenio comercial sin modificaciones.
Esa misma ley también requiere que el presidente de EE.UU. realice consultas con el Congreso durante el proceso de negociación de los tratados.
Los legisladores lograron esa concesión ante temores de que el Congreso estuviese dando demasiado poder al Ejecutivo.
Chile se convirtió el 6 de mayo pasado en el sexto país del mundo y el primero de Sudamérica en suscribir un Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.UU., luego de 13 años de intensas negociaciones.
Estados Unidos firmó el mismo día uno similar con Singapur.
Según expertos, ambos acuerdos, iniciados bajo la presidencia de Bill Clinton (1992-2000), representan la primera prueba de fuego de la nueva ley comercial.