HELSINKI.- El escándalo por la filtración de unos documentos sobre Irak, en los que la Primera Ministra de Finlandia, Anneli Jaatteenmaki, basó buena parte de su campaña electoral, provocó hoy su dimisión, apenas tres meses después de su victoria en las elecciones generales frente al socialdemócrata Paavo Lipponen.
Jaatteenmaki presentó esta tarde su dimisión a la presidenta de la República, Tarja Halonen, tras una reunión del grupo parlamentario de su Partido del Centro en la que comunicó su voluntad de abandonar el gobierno por haber perdido la confianza de sus ministros y de la clase política en general.
La dimisión de Jaatteenmaki puso fin a una jornada en que hora a hora se acentuaba la crisis de su joven gobierno, por la filtración durante la campaña electoral del pasado mes de marzo de varios documentos confidenciales del ministerio de Asuntos Exteriores sobre el conflicto en Irak.
Jaatteenmaki había convertido esos documentos en su principal arma electoral contra el entonces primer ministro Lipponen, ya que en ellos se probaba la presencia de funcionarios finlandeses en una reunión internacional organizada por Estados Unidos para discutir sobre la reconstrucción de Irak.
Jaatteenmaki utilizó esa filtración para acusar a Lipponen de mantener una postura sobre el conflicto de Irak contraria a la política de no intervención que el gobierno de Helsinki defendía públicamente.
El revuelo por las filtraciones no sólo caracterizó la campaña electoral, sino que se prolongó e intensificó durante los primeros -y pocos- meses del gobierno liderado por el Partido del Centro de la primera ministra, en coalición con los socialdemócratas y los representantes de la minoría sueco-parlante.
Jaatteenmaki tuvo que declarar la semana pasada ante la Policía finlandesa por la filtración de los documentos y hoy le tocó el turno de explicar al Parlamento su participación en un caso que la prensa finlandesa bautizó como "Irakgate".
Jaatteenmaki negó toda relación con la filtración de los documentos y alegó que el material utilizado en campaña procedía de dos informes enviados por fax por un responsable de prensa de la Presidencia de la República, Martti Manninen.
Las explicaciones de la primera ministra no convencieron ni a la oposición, ni menos aun a sus propios socios socialdemócratas, que mostraron su descontento y su incredulidad.
Las críticas se intensificaron por la tarde, después de que el propio Manninen -a quien se retiró de su cargo tras las palabras de la primera ministra- se puso en contacto con varios medios finlandeses para desmentir a Jaatteenmaki.
El consejero de prensa de la presidenta Halonen afirma que la primera ministra le citó para una reunión días antes del primer debate de la campaña electoral y le solicitó información sobre Irak.
El testimonio de Manninen sorprendió a los partidos, incluidos a los centristas, que se reunieron para analizar la situación, encuentro en el que la Primera Ministra anunció su voluntad de dimitir.
"Es una situación insostenible", afirmó Jaatteenmaki en una comparecencia de prensa posterior al anuncio.
Los acontecimientos se precipitaron por la tarde. Jaatteenmaki salió muy tocada del debate parlamentario de la mañana, pero pocos analistas esperaban que abandonara su puesto antes del Consejo Europeo que comienza mañana en Salónica (Grecia).
La dirección centrista intentó aplazar la salida del gobierno de Jaatteenmaki hasta el próximo martes, ya después de la cumbre europea, pero la sus socios socialdemócratas los forzaron a no retrasar el proceso.
El ministro de Finanzas, el socialdemócrata Antti Kalliomaki, sustituirá a Jaatteenmaki al frente de la delegación en Salónica.
El presidente del Parlamento, Paavo Lipponen, convocó una reunión especial de la cámara para el próximo martes en la que se resolverá el vacío de poder con la elección de un nuevo primer ministro.