WASHINGTON.- El Tribunal Supremo de EE.UU. mantuvo hoy la validez de una ley que obliga a las bibliotecas públicas del país a colocar filtros en sus ordenadores para bloquear el acceso a material pornográfico a través de Internet.
Esta ley, aprobada en el 2000, había sido rechazada por la Asociación de Bibliotecas de EE.UU. y por la Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU), alegando que violaba la Primera Enmienda de la Constitución que garantiza la libertad de expresión.
Con seis votos a favor y tres en contra, el máximo tribunal de este país rechazó la resolución de una corte federal de tres jueces de Filadelfia (Pensilvania), emitida en 2002.
La resolución sostenía la inconstitucionalidad de la mencionada ley porque consideró que transgredía los derechos constitucionales del público sobre la libertad de expresión.
La resolución del Tribunal Supremo podría ampliar las opciones disponibles para millones de estadounidenses que usan con frecuencia los accesos a Internet de las bibliotecas públicas.
La ley de Protección de los Niños en Internet requiere que las bibliotecas que reciben subsidios federales usen filtros para mantener fuera de sus servicios de Internet todo contenido obsceno, pornografía infantil y material explícitamente sexual.
Los subsidios federales, que anualmente son de alrededor de 1.000 millones de dólares, contribuyen a que las bibliotecas públicas puedan prestar servicio de acceso a Internet, catálogos automatizados y otros beneficios.
Unos 143 millones de estadounidenses usan regularmente Internet, y alrededor del 10 por ciento de esta cifra se conecta mediante las bibliotecas públicas.
Antes de la decisión de hoy, el Tribunal Supremo había rechazado una ley de Decencia en las Comunicaciones, de 1996, y enviado otra, sin emitir opinión -la de Protección Online de Niños, de 1998-, de regreso a un tribunal de apelaciones.
En defensa de la ley del año 2000, el Departamento de Justicia había argumentado que las bibliotecas públicas no son forzadas a tener películas y revistas pornográficas y, por tanto, no deberían ser obligadas a presentar pornografía vía Internet.
En la decisión de 17 páginas, el presidente del Tribunal Supremo, William Rehnquist, dijo que para los seis magistrados que votaron a favor de la ley, el uso de filtros en los programas informáticos no viola los derechos constitucionales de los usuarios, no induce a las bibliotecas a violar la Constitución y supone un ejercicio válido de poder por parte del Congreso.
Emily Sheketoff, que dirige la Asociación de Bibliotecas de EE.UU., dijo que la legislación "fuerza a las bibliotecas a escoger entre los fondos federales y la censura".