WASHINGTON.- Un experto del Departamento de Estado en armamento químico y biológico ha dicho al Congreso que el Gobierno del Presidente George W. Bush le presionó para que "distorsionara algunos datos", informó hoy "The New York Times".
El funcionario presentó su testimonio ante comités del Congreso, en audiencias a puerta cerrada, que investigan cuál era la información que tenía el Gobierno sobre el armamento químico, biológico y nuclear de Irak.
El Gobierno de Washington afirmó que tenía pruebas sobre la existencia y localización de esas armas y que Irak presentaba una amenaza inminente para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Tres meses después de la invasión de Irak, no se ha hallado el armamento, ni los laboratorios o fábricas para su producción.
"Varios funcionarios identificaron al testigo como Christian Westermann, el primer miembro de las agencias de inteligencia que hizo este tipo de admisión ante miembros del Congreso", sostuvo el diario.
Se trata de un analista de la Oficina de Inteligencia e Investigación del Departamento de Estado que proporciona al secretario de Estado evaluaciones independientes de la Agencia Central de Inteligencia y otros servicios secretos.
"Westermann dijo a los legisladores la semana pasada que, si bien él sintió las presiones, jamás cambió la redacción de algunos de sus informes de inteligencia", añadió el rotativo.
Pero, según el periódico, aparentemente la incomodidad de Westermann con las presiones para que modificara sus evaluaciones no se refieren a Irak sino a Cuba.
Mientras movilizaba a la opinión pública estadounidense y mundial en preparación para su ataque a Irak, el Gobierno de Washington sugirió que también Cuba poseía armamentos proscritos y era una amenaza para Estados Unidos.
El año pasado, el subsecretario de Estado para control de armas y seguridad internacional John Bolton afirmó que Cuba tenía un programa para la construcción de armas biológicas.
Westermann dijo que la información de que dispone Estados Unidos no sustenta esa afirmación de Bolton.
Según "The New York Times", "otros funcionarios han dicho que había tensiones entre Bolton y Westermann desde que se discutió el asunto de Cuba, al punto de que Bolton trató, infructuosamente, de que se transfiriera a Westermann a otro puesto".