HONG KONG. Cientos de miles de manifestantes llenaron el martes las calles de Hong Kong en rechazo a una ley proyectada por el gobierno contra la subversión, en la mayor muestra de descontento desde la masacre de la Plaza de Tiananmen de Pekín en 1989.
"Devolver el gobierno al pueblo", cantaban los manifestantes contra el proyecto de ley que, según sus críticos, impondrá el control que estila Pekín sobre la libertad de prensa y los medios informativos.
Con pancartas, sombrillas y abanicos, muchos vistiendo ropajes negros, los manifestantes querían así mostrar su dolor por lo que consideran una pérdida de derechos y libertades en uno de los centros financieros más importantes del mundo.
Los críticos del proyecto sostienen que constituye la mayor amenaza a los derechos básicos en la ex colonia británica desde que fue devuelta a China en 1997.
Horas antes de que comenzara la manifestación, se quemó la bandera del Partido Comunista, al tiempo que el Primer Ministro chino, Wen Jiabao, repetidamente trataba de tranquilizar al territorio de que se protegerían sus libertades.
Avanzada la tarde, los organizadores de la protesta dijeron que en las mismas habían participado alrededor de 400.000 manifestantes y que estaban llegando más. Un fotógrafo de Reuters calculó que el número de manifestantes podría ser la mitad de esa cantidad.
Se trata de la mayor protesta en Hong Kong desde 1989, cuando un millón de personas se manifestó tras la muerte de manifestantes pro democracia a manos de tropas chinas en Pekín.
Muchos manifestantes no pudieron llegar al centro de la ciudad por lo sobrecargado de los sistemas de transporte subterráneo y de autobuses.
El gobierno ha dicho que no se echará atrás en cuanto a la ley antisubversiva, sean cual sean las protestas. La ley debe ser aprobada por el cuerpo legislativo del territorio, con amplia representación de miembros pro Pekín y pro gobierno chino.
Aunque la mayoría de los manifestantes se centraba en las medidas antisubversivas -que se incluirían en el Artículo 23 de la Ley Básica de Hong Kong o mini constitución-, otros dijeron que se sentían frustrados por la forma en que el gobierno gestionó la economía y la epidemia de SARS, que causó la muerte de unas 300 personas en la zona.
Entre los manifestantes había representantes de distintas capas sociales de la ex colonia, que incluían a empresarios, pensionistas, parejas jóvenes con carritos de bebés, al lado de veteranos pro democracia.
El incidente de la quema la bandera tuvo lugar a unos cientos de metros del centro de convenciones donde Wen y los dirigentes locales estaban celebrando el sexto aniversario de la devolución de Hong Kong a China.
"Acaben con el partido único y liberen a los presos políticos", gritaban los manifestantes, quemando la bandera de la hoz y el martillo. "Estamos contra el Artículo 23".
En lo que se cree es el primer comentario público de un alto líder chino sobre el conflictivo tema, Wen repetidamente aseguró a Hong Kong que su estatus especial sería protegido.
Bajo la legislación, se puede ir a la cárcel de por vida si se es convicto de subversión, traición o sedición. La norma también permite juicios a puerta cerrada y otorga a la policía vastos poderes para registros sin necesidad de permisos judiciales.