JERUSALEN.- Los primeros ministros israelí y palestino se reunieron el martes en Jerusalén en un gesto público reconciliación, mientras comenzaban los preparativos para el repliegue militar del estado judío de la aldea cisjordana de Belén.
La ceremonia al aire libre efectuada frente a la oficina del primer ministro reunió a antiguos enemigos en la misma tribuna de oradores, incluyendo el ministro de defensa israelí y el jefe de la seguridad palestina.
Fue la tercera reunión de este tipo en Jerusalén, pero la primera en que ambos líderes, junto a sus ayudantes y miembros del gabinete, tuvieron un gesto público de reconciliación.
El Primer Ministro israelí Ariel Sharon y el Primer Ministro palestino Mahmoud Abbas confirmaron su respaldo al plan de paz patrocinado por Estados Unidos.
"Primer Ministro Abbas: Encaramos hoy una nueva oportunidad para darle un futuro mejor a nuestros pueblos", dijo Sharon. "Encaramos la posibilidad de un futuro mejor. Haré todo lo posible para lograr un acuerdo que nos depare paz y seguridad".
Abbas respondió de forma similar, y dijo que cada día que pasa sin un acuerdo es "una oportunidad perdida, toda vida sacrificada es una tragedia humana".
Ambas partes reconstituirán comisiones para analizar temas como la seguridad, finanzas y prisioneros. Las comisiones funcionaron durante los primeros años de los esfuerzos de paz en la década de 1990, pero fueron suspendidas durante la ola de violencia actual.
Por otra parte, los camiones del ejército israelí trasladaron el martes pertrechos de una base militar cercana a Belén antes de retirarse de esa aldea cisjordana.
Se informó que en la reunión, Abbas pedirá a Sharon que afloje las restricciones al desplazamiento de palestinos, especialmente la prohibición de viajar de una comunidad a otra en Cisjordania. Abbas pedirá también que sean liberados presos palestinos y que cese la construcción de una barrera en los territorios disputados diseñada para impedir el paso de terroristas.
La retirada de Belén deberá comenzar el miércoles por la mañana conforme al plan de paz que estipula el repliegue israelí a las posiciones mantenidas antes de que estallaran las hostilidades en septiembre del 2000. El fin de semana, Israel se retiró de parte de la Franja de Gaza, mientras que las milicias palestinas declararon la suspensión de los ataques contra los israelíes.
Pese a la tregua de tres meses, soldados israelíes mataron a un palestino que el martes disparó contra un puesto militar israelí.
Aunque ningún grupo se atribuyó el ataque, los grupos renegados de la Brigada de los Mártires de Al Aqsa, vinculada al principal movimiento palestino Fatah, dijeron que no observarán la tregua. El lunes, milicianos de Al Aqsa mataron a un obrero de construcción búlgaro en Cisjordania.
Los funcionarios de seguridad de ambas partes concordaron en los detalles de la retirada de Belén, aunque el director del servicio de seguridad israelí Shin Bet dijo el martes que solamente se retirarán de otros puntos de Cisjordania si la policía palestina comienza a desarmar a Hamas, Yihad Islámica y otros grupos extremistas en la Franja de Gaza.
"La verdadera prueba (en Gaza) tendrá lugar dentro de dos o tres semanas, cuando tengan que desarmar a las organizaciones terroristas", dijo el jefe del Shin Bet, Avi Dichter, en un simposio organizado en la Universidad de Tel Aviv. "No transferiremos responsabilidades en Cisjordania antes de que quede absolutamente claro de que ha comenzado en Gaza el proceso del desarme".
Abbas se opone a usar la fuerza contra los grupos armados y sugirió el martes que las armas ilegales no serán confiscadas sino que la policía palestina tratará de persuadir a los extremistas para que no las usen.