GINEBRA.- Las estrictas medidas para controlar el brote de neumonía atípica que ha causado la muerte de 812 personas en todo el mundo han logrado poner fin al contagio, pero es necesario mantener la vigilancia para evitar que resurja, advirtió hoy, sábado, la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La directora general de ese organismo especializado de las Naciones Unidas, la noruega Gro Harlem Brundtland, afirmó que el Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS), que se ha propagado por más de una treintena de países y del que se han contagiado 8.439 personas, ha sido aparentemente controlado, aunque recordó que "todavía hay unos doscientos pacientes" hospitalizados.
"Tras una colaboración sin precedentes en materia de salud pública, la OMS puede decir que el brote de SARS ha sido contenido en todo el mundo", aseguró Brundtland en una conferencia de prensa telefónica, en la que apuntó la necesidad de mantener la vigilancia para que no resurja de nuevo.
La directora de la OMS advirtió de que "algunos casos pueden haber escapado al control", alertó de que "un simple caso puede dar inicio a un nuevo brote" y concluyó que, por todo ello, "no se puede bajar la guardia".
Brundtland hizo este anuncio después de indicar la retirada de la lista de áreas de transmisión local del SARS de Taiwán -la última zona que todavía estaba en ella-, después de no detectarse ningún contagio nuevo en los últimos veinte días.
El fin del contagio de la neumonía atípica supone un alivio para numerosas zonas de Asia, y particularmente para China, que se vieron afectadas por la decisión de la OMS de recomendar no viajar a ellas como medida de precaución para evitar la propagación del virus.
El brote de neumonía asiática surgió inicialmente en noviembre del año pasado en la provincia meridional china de Cantón, aunque las autoridades de Pekín no lo comunicaron oficialmente hasta varios meses más tarde, cuando en febrero comenzaron a detectarse casos de la enfermedad en otros países, debido a que algunas personas contagiadas viajaron y transmitieron el virus.
"Creo que los dirigentes chinos se han dado cuenta y son conscientes de la importancia de colaborar" para el control de este tipo de enfermedades, comentó Brundtland en alusión a las críticas lanzadas hacia ese país por su escasa cooperación inicial, lo que contribuyó aún más a la propagación del SARS.
Los expertos de la OMS creen que el virus causante del SARS, un coronavirus similar al de la gripe, podría haber estado latente en algunos animales y se habría transmitido al ser humano en algún concurrido mercado de Shenzen -en la provincia de Cantón- al manipular su carne para preparar uno de los exóticos platos tradicionales que ahora han sido prohibidos.
La comunidad científica todavía no ha logrado establecer un método de diagnóstico preciso para detectar el virus, ni tampoco ha conseguido dar con el tratamiento adecuado contra esta enfermedad que provocó pánico y ansiedad entre la población de las zonas afectadas.
"El SARS nos ha enseñado una gran lección y hemos de aprovecharla para preparar una respuesta a futuros brotes, ya sea de SARS o de otras enfermedades", dijo Brundtland, que abandonará la dirección general de la OMS el próximo 21 de julio.
La ex primera ministra noruega subrayó que deben resolverse los interrogantes que todavía hay sobre el virus para poder hacer frente a nuevos desafíos y consideró que deberán modificarse las normas y reglas internacionales para responder más rápida y eficazmente a enfermedades futuras.
La máxima responsable de la OMS aprovechó para destacar que han sido especialmente los trabajadores del sector sanitario los que "afrontaron riesgos frente a una enfermedad desconocida" y pagaron un precio elevado, ya que muchos de ellos fueron víctimas mortales del contagio.
En ese sentido, indicó que "con su dedicación diaria, su valentía y su vigilancia han evitado una catástrofe global".
El brote de neumonía podría tocar a su fin, pero los expertos no descartan, sin embargo, que al igual que otros virus similares pueda resurgir de nuevo ya sea esporádicamente o periódicamente, y convertirse incluso en una enfermedad endémica.