WASHINGTON.- En uno de los pocos fines de semana que ha pasado en Washington desde que llegó a la presidencia, George W, Bush celebró hoy su 57 cumpleaños en la Casa Blanca, junto a su esposa Laura y un grupo de amigos de la familia.
Habitualmente, Bush aprovecha los fines de semana para ir a la residencia presidencial de descanso de Camp David, en el vecino estado de Maryland, o para hacer una escapada hasta su rancho privado de Crawford (Texas), donde dice sentirse "feliz de verdad".
Pero en esta ocasión, el matrimonio Bush decidió quedarse en la Casa Blanca, donde la primera dama organizó para su marido una fiesta de cumpleaños el viernes, en coincidencia con las celebraciones del Día de la Independencia.
Aunque para mucha gente es de mala suerte festejar el cumpleaños antes de la fecha, a Bush no le importó y prefirió hacerlo dos días antes.
Los invitados pudieron ver desde el balcón Truman de la residencia presidencial los fuegos artificiales que se lanzan en el centro de la capital, entre los monumentos a Washington y Lincoln, y que ponen el colofón en Washington a la festividad del 4 de julio.
Como cada domingo, George y Laura Bush asistieron a misa a primera hora de la mañana, única oportunidad que tuvo la prensa para intercambiar algunas palabras con el presidente.
Felicitado por los periodistas por su cumpleaños, Bush dio las gracias y añadió: "estaba esperando que alguien se acordara".
Bush tiene previsto emprender mañana una viaje a Africa que le llevará durante cinco días a Senegal, Sudáfrica, Botsuana, Uganda y Nigeria, lo que le convertirá en el primer presidente republicano que visita oficialmente ese continente.
