ESTAMBUL.- Turquía y Estados Unidos se esforzaban esta mañana por resolver una crisis diplomática que estalló tras la detención de 11 soldados de fuerzas especiales turcas en el norte de Irak, un incidente que ensombreció las relaciones entre los dos aliados de la OTAN.
El primer ministro Tayyip Erdogan y otros funcionarios turcos conversaron con el vicepresidente norteamericano Dick Cheney sobre el suceso del viernes pasado, cuando fuerzas de Estados Unidos realizaron una redada en un cuartel iraquí y detuvieron a 11 soldados turcos.
Al parecer, el diálogo sirvió para que las relaciones no se deterioren aún más.
El ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Abdulá Gul dijo que la disputa podría resolverse el domingo en la noche.
"Este hecho desagradable y de mal gusto terminará esta noche, como mucho", sostuvo Gul. "Espero que la amistad y alianza (con Estados Unidos) no se dañe".
Pero Erdogan no parecía tan optimista. "Por supuesto que serán liberados (los soldados). No puedo darles una hora", indicó el primer ministro.
Funcionarios del gobierno turco dijeron que unos 100 soldados estadounidenses encabezaron el viernes la redada contra un cuartel militar en el que se encontraban las fuerzas especiales turcas en la ciudad de Sulaymaniya, en el norte de Irak.
Tras el operativo, 11 soldados fueron detenidos, y luego llevados a Kirkuk y desde allí a Bagdad.
Los funcionarios estadounidenses han mantenido silencio sobre las razones de las detenciones.
Pero el diario turco Hurriyet dijo que la redada se realizó por las sospechas de que los turcos estaban planeando asesinar un funcionario iraquí en la ciudad de Kirkuk. Turquía ha rechazado tales versiones.
Turquía mantiene su presencia militar en partes del norte de Irak desde hace tiempo, por temor a que los rebeldes curdos que buscan la autonomía formen un estado independiente y luego impulsen una situación similar en el territorio turco.
Las relaciones entre Turquía y Estados Unidos se agrietaron profundamente en marzo pasado, cuando el Parlamento turco se negó a autorizar el paso por su territorio de unos 62.000 soldados estadounidenses hacia la guerra en Irak.
Desde entonces, las autoridades turcas han buscado restaurar sus lazos con Estados Unidos, autorizando a que pase por su territorio la ayuda internacional, ofreciendo enviar tropas de paz a Irak y abriendo sus bases para respaldar logísticamente a las fuerzas de la coalición.
Gul tenía previsto viajar a Washington en las próximas semanas, pero las detenciones podrían frustrar esos planes.
"Esperamos que estos tristes e inaceptables hechos no se repitan nunca más", sostuvo el portavoz del gobierno Cemil Cicek y comentó que Turquía había manifestado a Estados Unidos que "este tema es bajo todo punto de vista inaceptable y la inmediata liberación de nuestras fuerzas sería un comportamiento acorde con nuestra amistad y alianza".
Cicek explicó que las fuerzas norteamericanas liberaron a algunos civiles que también habían sido detenidos en la redada, pero aclaró que los soldados de la tropa especial de Turquía no estaban entre los liberados.
Tras los incidentes Turquía cerró el sábado su frontera con Irak, utilizada por las fuerzas norteamericanas para transportar suministros.