BRASILIA.- Los trabajadores brasileños del sector público iniciaron el martes una huelga contra la propuesta del gobierno de reformar el sistema público de pensiones aunque no lograron paralizar el Banco Central y el Ministerio de Economía como habían prometido.
En los edificios del gobierno federal en la capital Brasilia, trabajadores ingresaban a las oficinas en forma normal, pasando entre megáfonos y carteles que los instaban a adherirse a la huelga y salvar sus beneficios.
"Ya estamos en huelga, todas las oficinas regionales del banco están en huelga. Aquí votamos por la huelga", dijo Paulo Calovi, presidente del sindicato de los trabajadores del Banco Central.
El Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, intenta una reforma en las agencias gubernamentales y ha aplicado un fuerte ajuste en las cuentas públicas para asegurar que Brasil pueda pagar sus deudas y rebajar las tasas de interés.
En ese marco, Lula ha dado prioridad a una reforma del generoso sistema de pensiones de los funcionarios públicos, incluso pese a que esos trabajadores han sido la principal base de apoyo del oficialista Partido de los Trabajadores (PT).
Algunos trabajadores del sector público rechazan en forma total la reforma del sistema de pensiones, pero otros, como la poderosa central de trabajadores CUT, ligada al PT, han elegido no ir a la huelga e intentar negociar cambios a la propuesta de reforma.
