CIUDAD DEL VATICANO.- El proceso de beatificación del famoso arquitecto catalán Antonio Gaudí entró hoy en su fase central con la celebración de la primera sesión en la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano.
En un acto protocolario, el subsecretario de la comisión de estudios de la Congregación, monseñor Michele Di Ruberto, rompió el lacre de las cajas que contienen las actas y la documentación del proceso preliminar seguido en la archidiócesis de Barcelona.
El siguiente paso será el de examinar formalmente las 1.042 páginas del relato procesal y los libros y documentos anexos, antes de decretar su validez jurídica para proceder al estudio propiamente dicho del caso, que se desarrollará sin plazo fijo de tiempo.
A la sesión de apertura de esta fase vaticana asistió el cardenal arzobispo de Barcelona, Ricard María Carles, el juez de la primera etapa, Josep María Blanquet, y el presidente de la Asociación pro beatificación de Gaudí, Jose Manuel Almuzara.
También estuvieron presentes la postuladora de la causa, Silvia Correale, el biógrafo de Gaudí Josep María Tarragona y Etsuro Sotoo, escultor japonés que ha finalizado la fachada del Nacimiento del templo de la Sagrada Familia, obra cumbre del arquitecto catalán.
Josep María Tarragona explicó a EFE que, paralelamente al examen de la causa por el Vaticano, la Asociación pro beatificación de Gaudí comenzará a estudiar con ’’detalle y objetividad’’ los casos que le han llegado y que se presentan como posibles milagros.
La certificación de un milagro por intercesión del aspirante a beato es una condición indispensable para que finalmente pueda ser elevado a los altares.
Tarragona precisó que de momento tienen cuatro cartas, tres procedentes de Latinoamérica y una cuarta de la región española de Cataluña, en las que se vinculan otras tantas curaciones inexplicables con la invocación a Gaudí.
El proceso de beatificación del genial arquitecto comenzó en febrero de 2000 y concluyó en su primera etapa en el arzobispado de Barcelona el pasado 13 de mayo.
En la actual ’’fase romana’’, que se puede prolongar durante varios años, toda la información recogida sobre su vida y obra será examinada con detenimiento por un grupo de expertos, compuesto por historiadores, teólogos y médicos.
Este grupo será el encargado de dar su aprobación al expediente, que luego será sometido al visto bueno de una junta de cardenales y obispos, antes de que le sea trasladado al Papa para su ratificación.
Los promotores de la causa dijeron a EFE que Gaudí cuenta con un gran número de devotos en el mundo, por lo que se han distribuido miles de estampas para la devoción privada en castellano, catalán, inglés, francés, italiano, alemán, japonés, portugués, polaco o coreano.
Desde la asociación promotora no se pierde la ’’esperanza’’ de que el proceso de beatificación sea ’’rápido’’ y su presidente, José Manuel Almuzara, lo fundamenta en el hecho de que ’’a Juan Pablo II le agrada beatificar a personas que no hayan sido ni sacerdotes ni miembros de órdenes religiosas y que vivieron en santidad’’.
Josep María Tarragona añadió que ’’también puede ayudar’’ el que sea el primer arquitecto y el primer artista desde Beato Angélico, conocido pintor del Renacimiento italiano.
De lo que está seguro Tarragona es de que ’’no habrá ningún problema de fondo, porque se trata de una personalidad ejemplo de oración y vida sacramental, que optó por la pobreza voluntaria’’.
En las motivaciones del proceso instruido en Barcelona se insiste en que Gaudí hizo un excelente trabajo profesional desde la humildad y que en los últimos años de su vida se convirtió en un místico.
Almuzara precisó que los costes de la causa se sufragan con trabajo altruista y los donativos que los fieles introducen en la hucha colocada junto a la tumba del arquitecto en la Sagrada Familia.
Antoni Gaudí i Cornet nació en Reus (Tarragona) en 1852 y falleció en Barcelona, arrollado por un tranvía, en 1926. Entre sus obras destacan, además del citado templo, el Parque Gúell y el edificio conocido como ’’La Pedrera’’, todos ellos en la capital catalana.