BERLIN.- El canciller alemán Gerhard Schroeder canceló sus vacaciones en Italia a causa de las declaraciones anti alemanas de un funcionario del gobierno italiano, informó hoy el gobierno alemán.
Stefano Stefani, viceministro italiano de turismo, se negó a disculparse por describir a los alemanes como "rubios ultranacionalistas" que invaden las playas italianas.
Schroeder había amenazado el lunes con cancelar sus vacaciones de verano tras el comentario de Stefani y ahora pasará los días libres en su ciudad natal, Hanover, en el norte de Alemania.
"El canciller Gerhard Schroeder no quiere someter más a su familia a especulaciones sobre sus vacaciones conjuntas. Los problemas que están surgiendo impedirán el necesario relajamiento y tranquilidad juntos", dijo el gobierno en una declaración.
Schroeder, quien ha estado de vacaciones en Italia en varias ocasiones, tenía previsto pasar unas dos semanas en la costa del Adriático a partir de fines de la semana próxima.
Pero las relaciones germano-italianas se han ido deteriorando desde que el primer ministro Silvio Berlusconi comparó a un miembro alemán del Parlamento Europeo con un guardia de un campo de concentración nazi.
Schroeder había aceptado la disculpa de Berlusconi por el comentario de la semana pasada, pero luego amenazó con cancelar sus vacaciones en el país vecino en respuesta a la andanada de Stefani en un periódico derechista, esta semana.
Stefani escribió: "Conocemos bien a los alemanes, esos estereotipados ultranacionalistas rubios, que han sido adoctrinados desde el principio para sentirse como los mejores, cualquiera que sea la situación".
Los alemanes "invadieron ruidosamente" las playas italianas, comiendo espagueti a la vez que criticaban a Italia por los asesinatos de la mafia, escribió Stefani en carta a La Padania, el periódico de la Liga del Norte, socio en el gobierno de coalición de Berlusconi.
Roma se ha distanciado de las declaraciones de Stefani.
El asunto podría ensombrecer aún más el inicio de la presidencia italiana en la Unión Europea, que comenzó la semana pasada y ya se vio afectado por la "broma" de Berlusconi.