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Alberto Fujimori prepara regreso a Perú

"Estoy preparándome (...) para reingresar al mundo de la política peruana", dijo Fujimori, quien parece no preocuparse por las acusaciones que pesan en su contra.

14 de Julio de 2003 | 20:11 | AP
TOKYO.— Sentado frente a su computador, Alberto Fujimori recoge material que en su opinión constituye un mandato para su regreso al Perú, sin siquiera pensar en que es buscado por las autoridades internacionales y no puede salir de Japón sin arriesgarse a ser arrestado.

Pero en su equipo, el ex Presidente peruano estudia encuestas de opinión, despachos noticiosos e incluso una grabación de un comentarista de la radio de su país que, en su opinión, le confirman un mandato político.

"Estoy preparándome (...) para reingresar al mundo de la política peruana", dijo Fujimori a The Associated Press en la entrevista más completa que ha concedido desde que se radicó en la patria de sus padres.

Fujimori, que renunció en noviembre del 2000 en medio de acusaciones de corrupción, apenas parece preocuparse por el hecho de que en su país es buscado por homicidio, malversación de fondos y traición. E incluso en momentos en que el cerco en torno suyo se cierra en Tokio con una nueva orden internacional de arresto y una citación judicial de fiscales japoneses, el político de 64 años insiste en que es un rival de consideración para sus enemigos políticos peruanos.

"Yo represento una fuerza política verdadera y ellos quieren eliminar eso", dice mientras se reclina en su asiento de un elegante club social de Tokio. "Yo voy a regresar para asumir un papel activo... La recuperación ha sido incluso más rápida de lo que yo esperaba".

Durante sus diez años en la presidencia, Fujimori estimuló la deteriorada economía del país, aplastó un movimiento rebelde izquierdista y atrajo a los inversionistas extranjeros.

Pero ahora se lo acusa de haber logrado esos avances por medio de la corrupción administrativa y de los escuadrones de la muerte. Y por otra parte, Sendero Luminoso parece haber resurgido al tender una emboscada reciente que dejó un saldo de siete infantes de marina muertos y diez heridos en una zona montañosa de la selva peruana.

El gobierno de Lima desea su extradición para que responda a cargos relacionados con las actividades de su ex jefe de espionaje Vladimiro Montesinos, quien está ahora encarcelado, y con las de centenares de otros subordinados.

En Japón, Fujimori vive como una celebridad. Dicta conferencias, recibe donaciones, habla amistosamente con funcionarios policiales que respetan sus firmes tácticas antiterroristas. Y vive con su joven y elegante novia, Satomi Karaoka, entre los jardines de un hotel que ella posee en un suburbio de Tokio.

La mano férrea con que Fujimori condujo al Perú es admirada por muchos japoneses, que atribuyen los problemas económicos de su país a la vacilación crónica de sus líderes. En su condición de primer descendiente de japoneses que ha gobernado otro país, el ex mandatario es a la vez un extranjero voluntarioso y un compatriota.

"Tuvo gran éxito como asiático en un mundo habitado por gente blanca", dijo el político Nobuo Kimoto. "Creo que es un líder tremendo".

Hace unas semanas, a petición de Perú, fiscales de Tokio lo citaron para interrogarlo acerca del papel que desempeñó en el caso de los rehenes tomados en 1996 en la residencia del embajador japonés en Lima.

Los rehenes fueron liberados en 1997, en un rescate durante el cual algunos rebeldes fueron ejecutados por comandos militares.
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