NUEVA YORK.- El vacío en materia de seguridad tras la guerra en Irak ha hecho aumentar los ataques sexuales a mujeres iraquíes que viven atemorizadas y carecen de la atención médica y policial adecuadas, según un informe realizado por "Human Rights Watch".
El documento, divulgado hoy, hace una serie de recomendaciones a la autoridad provisional, a las fuerzas militares y a la comunidad de donantes para resolver el problema, entre ellas incluir a mujeres en la policía.
El informe, titulado "Clima de miedo: violencia sexual y rapto de mujeres y chicas en Bagdad", se basa en entrevistas a víctimas de violencia sexual, testigos, policías iraquíes, profesionales de la salud y policías militares y civiles estadounidenses.
Durante su investigación, la organización defensora de los derechos humanos encontró que la policía da baja prioridad a las acusaciones de violencia sexual y rapto, que dispone de escasos recursos y que las víctimas confrontan indiferencia y sexismo por parte del personal encargado del cumplimiento de la ley en Irak.
Por otra parte, la policía militar estadounidense "no está cubriendo el vacío cuando los policías iraquíes no desean o son incapaces de llevar a cabo una investigación seria de violencia sexual o rapto" y, en algunos casos, los informes sobre crímenes de este tipo se han perdido.
"Las mujeres y las adolescentes de Bagdad están atemorizadas y muchas no van a los colegios o a buscar trabajo", declaró Hanny Megally, quien dirige la división para Oriente Medio de esta organización.
Megally considera que para que las mujeres participen en la sociedad iraquí de posguerra es necesario que su seguridad física sea "una prioridad urgente".
Por ello, insta a las potencias ocupantes y a los responsables iraquíes a que adopten reformas legales urgentes, den entrenamiento legal y servicios de apoyo y sanitario para las mujeres.
Human Rights Watch advierte que un recuento exacto de los crímenes es "casi imposible" porque muchas víctimas no informan ni buscan atención médica y reconoce que es difícil comparar las estadísticas antes y después de la guerra ya que hubo numerosos saqueos en archivos policiales y hospitalarios tras la entrada de las tropas estadounidenses en Irak.
Sin embargo, "la percepción de la gente sobre el terreno es que ha habido un fuerte incremento en los casos de violencia sexual" desde la guerra, señala la organización para añadir que, durante la investigación, ha obtenido "información creíble" de 25 casos entre el 27 de mayo y el 29 de junio.
El documento menciona el caso de una niña de 9 años que fue violada el 22 de mayo por un hombre que la raptó cuando se encontraba en las escaleras de un hotel residencia donde vive la menor.
Un hospital rechazó tratarla y el instituto forense se negó a examinarla porque no llevaba una orden policial, según explica el informe que también incluye el ejemplo de una joven de 15 años que escapó de una casa en las afueras de Bagdad donde fue retenida durante un mes con sus dos hermanas y otras siete menores.
Una de las hermanas fue violada y la joven piensa que la intención de sus captores era venderlas a traficantes, según la organización, que precisa que la policía militar estadounidense fue informada del caso, pero la iraquí ni siquiera les tomó declaración.
Según la organización, un oficial iraquí que pidió no ser identificado admitió que "no hay seguridad, y hay demasiados crímenes, demasiados casos para perseguir... Algunos grupos se especializan en secuestrar a chicas y venderlas a países del Golfo. Sucedía antes de la guerra también, pero ahora es peor".
Algunas mujeres temen que si informan a las autoridades de los crímenes de los que son víctimas se produzcan asesinatos "de honor" y que las deje marcadas socialmente para siempre.
Entre las medidas recomendadas figura la creación de una unidad especial para investigar los crímenes hasta que la policía iraquí pueda asumir esa responsabilidad y entrenar al personal local sobre la necesidad de dar acceso a atención médica y forense.