RIO DE JANEIRO.- La policía brasileña halló hoy los cuerpos de siete presuntos narcotraficantes acribillados a tiros, en un hecho que fuentes oficiales consideraron una "consecuencia" de una incipiente "guerra" entre bandas de drogas en Río de Janeiro.
Los familiares habían denunciado el "secuestro" de esas personas, seis hombres y una mujer, que fueron sacadas a la fuerza de sus casas, en la favela Vigario Geral, por presuntos miembros de una banda de drogas que opera en una barriada vecina, conocida como Parada de Lucas.
Los cuerpos fueron hallados hoy, con numerosos impactos de bala, a la vera de un río y en un sitio ubicado a unos 45 minutos de automóvil del lugar donde fueron secuestrados. Estaban envueltos en bolsas de plástico negro y medio hundidos en el lodo.
Según la policía, los siete asesinados pertenecían a una banda que controla la venta de drogas en Vigario Geral, una favela marcada por la violencia, que ya ha sido escenario de varias matanzas.
La peor fue en 1993, cuando cerca de 30 policías irrumpieron a sangre y fuego en la barriada disparando para vengar la muerte de un compañero a manos de un narcotraficante. En esa venganza policial, 21 personas murieron y decenas resultaron heridas.
Según fuentes policiales, la violencia ha reaparecido con fuerza en la zona en los últimos días, a raíz de una "guerra" entre bandas del narcotráfico. Una de ellas controla el narcotráfico en Vigario Geral y la otra, según la policía, lo hace en Parada de Lucas.
"Alguna pretende invadir el territorio de la otra", declaró a los periodistas el comisario Ricardo Hallack.
Sumando las siete personas halladas sin vida hoy, en Vigario Geral son doce los muertos en hechos de violencia ocurridos desde el pasado martes. Cuatro de esas doce personas fueron abatidas ayer, miércoles, en enfrentamientos con la policía, en los que un agente resultó ligeramente herido.
La policía, en distintas operaciones realizadas desde que comenzó el enfrentamiento entre las bandas rivales, ha detenido a ocho presuntos narcotraficantes, además de incautarse de numerosas armas y ocho vehículos.
Las bandas del narcotráfico están consideradas un auténtico poder en las barriadas populares de Río de Janeiro.
Según estadísticas de los servicios de seguridad del Estado, esos grupos tienen en su poder un arsenal de unas 150.000 armas, que en muchos casos son más modernas y sofisticadas que las de la propia policía.
Las autoridades sostienen que los frecuentes enfrentamientos entre narcotraficantes rivales inflan las estadísticas de violencia en Río de Janeiro, una ciudad de unos siete millones de habitantes donde cada día mueren en forma violenta entre 12 y 15 personas.