HAKONE, Japón.— El Primer Ministro británico, Tony Blair, se negó a expresar hoy si cualquier miembro de su gobierno ofreció su renuncia a consecuencia de la muerte de un ex inspector de armas de las Naciones Unidas, implicado en la controversia sobre el manejo de informes de inteligencia sobre las armas de destrucción masiva de Irak.
Blair permaneció tranquilo cuando un reportero le preguntó si tenía "sangre en las manos" en torno a la muerte aparente de David Kelly, asesor del Ministerio de la Defensa de Gran Bretaña.
"Va a haber una investigación completa e independiente. Creo que deberíamos hacer nuestros juicios cuando tengamos los hechos", dijo Blair durante una conferencia de prensa luego de un encuentro con el Primer Ministro japonés Junichiro Koizumi.
En una tensa conferencia de prensa en el balneario de Hakone, Blair evitó las preguntas sobre si aceptaba alguna responsabilidad en la posible muerte del ex asesor de Defensa, de quien el gobierno sospechaba que filtró información a la BBC en torno a la supuesta manipulación de los informes de espionaje sobre el programa de armas biológicas y químicas de Saddam Hussein.
"Déjenme expresar nuevamente mi profundo pesar por la tragedia ocurrida", dijo Blair.
Asimismo, se negó a expresar si su secretario de la Defensa, Geoff Hoon, o su jefe de comunicaciones, Alastair Campbell, ofrecieron su renuncia.
La posible muerte de Kelly ha ensombrecido el viaje de Blair a Asia, en el cual intentaba tratar con dirigentes regionales temas como la reconstrucción de Irak y el supuesto programa de armas nucleares de Corea del Norte.
Durante semanas, Blair ha enfrentado acusaciones de que exageró la amenaza presentada por Saddam Hussein para justificar una guerra. Asimismo, se ha enfrentado con la BBC en torno a su informe sobre que el gobierno manipuló sus informes de inteligencia para justificar la invasión del país.