LA HABANA.- Cuba rechazó el sábado las acusaciones de Estados Unidos que sostuvo que la isla está interfiriendo las transmisiones por satélite hacia Irán, y dijo que realizará una investigación en respuesta a una petición formal del gobierno estadounidense.
"El Ministerio de Relaciones Exteriores rechaza esta nueva campaña difamatoria contra Cuba (...) que no se ha dedicado jamás ni se dedica a realizar este tipo de interrupciones a transmisiones satélites de televisión norteamericanas", dijo el gobierno en un comunicado.
El Departamento de Estado norteamericano convocó el jueves a funcionarios de la Sección de Intereses de Cuba en Washington para presentarles el pedido para una investigación, dijo el portavoz Richard Boucher. "Esperamos oír su respuesta", agregó.
Según el comunicado oficial cubano, La Habana envió una nota diplomática al gobierno estadounidense y dijo que realizará una "detallada investigación (...) con el objetivo de conocer si algunas de las transmisiones que se originan en nuestro país, de forma no intencional, pueden estar interfiriendo transmisiones norteamericanas".
El gobierno de Estados Unidos y compañías de ese país dijeron el miércoles que la interferencia procede de un área cercana a La Habana y afecta sus emisiones de televisión satelital a la oposición en Irán.
La estadounidense Junta de Gobernadores para las Transmisiones Internacionales (BBG), que recibe fondos gubernamentales y transmite por satélite hacia Irán, dijo que las interferencias se iniciaron el 6 de julio, casi el mismo día en que comenzó su noticiero diario para los iraníes.
Sin embargo, las autoridades de la isla dijeron que "Cuba, con todo el derecho, ha interferido, interfiere y continuará interfiriendo únicamente las ilegales transmisiones de radio y televisión que el gobierno de Estados Unidos realiza hacia nuestro país".
El gobierno de Fidel Castro alega que Washington viola las normas y regulaciones internacionales de comunicaciones, al mantener e incluso ampliar las transmisiones de la radio y televisión Martí, dirigidas hacia la isla para contribuir -según La Habana- a socavar la revolución encabezada por Fidel Castro.
El gobierno cubano añadió que las transmisiones hacia la isla incluyen más de 2.200 horas semanales por 24 frecuencias.
"Esta nueva campaña de mentiras anticubanas (...) se adiciona a la larga lista de acciones hostiles y agresivas que la administración imperial de George W. Bush ha implementado contra nuestro país", dijo el gobierno.