CARACAS.- El Presidente venezolano Hugo Chávez llamó este martes a los empresarios venezolanos, que en su mayoría rechazan su gestión, a dialogar para dinamizar la economía del país, en un discurso sobre el tema industrial.
"Nunca les he pedido que se pongan boina roja (símbolo político de sus seguidores), jamás lo he hecho ni lo voy a hacer (...) Vamos a conversar, a exponer las diferencias de enfoques, los problemas y vamos a trabajar, a seguir dinamizando al país", instó el Mandatario.
Durante la alocución Chávez, habló sin ofrecer cifras del programa "Cosecha Industrial", que emprende para reactivar el desarrollo endógeno del país.
"Independientemente de nuestra ideología, de nuestras concepciones políticas o filosóficas todos tenemos el objetivo común de desarrollar e impulsar al país", insistió el mandatario.
Dijo que su gobierno "trabaja muy duro" para generar empleos y reactivar la pequeña y mediana empresa, así como la agricultura.
Refiriéndose a un documento que le hicieron llegar los representantes de la pequeña y mediana empresa, Chávez dijo que sabía "de sus dificultades: su documento ha motivado una serie de reuniones, de reflexiones, hemos cometido errores, todos cometemos errores, pero aquí estamos para rectificar, para potenciar y para continuar impulsando el desarrollo integral de Venezuela".
En el acto, Chávez entregó parcelas industriales a un alcalde local y anunció la creación de cooperativas textiles en el oriente del país.
El Mandatario invocó "la buena fe, lo mejor del alma nacional, lo mejor del cuerpo de la República, lo mejor de todos los trabajadores y empresarios, de todos nosotros aceptándonos con nuestras diferencias, para dinamizar, poner al máximo el gran potencial que tiene Venezuela".
La industria petrolera venezolana, principal fuente de divisas de este país caribeño suramericano colapsó entre diciembre del 2002 y febrero de este año por un paro opositor, impulsado por los principales dirigentes empresariales del país, que generó pérdidas por más de 7.600 millones de dólares.
En medio de ese paro el gobierno suspendió la venta de divisas, que se fugaban velozmente, y aplicó un rígido control cambiario.
Ello junto a la prolongada crisis política derrumbó la economía venezolana, que decreció 29% del Producto Interno Bruto (PIB) durante el primer trimestre del año.
El gobierno insiste, sin embargo, en que la crisis es transitoria y destaca la fortaleza de Venezuela, que ha recuperado su producción petrolera y tiene reservas internacionales por 18.471 millones de dólares.
