SALZBURGO, AUSTRIA.- La ola de calor que azota al continente europeo podría tener consecuencias catastróficas sobre los glaciares alpinos, al contribuir a un proceso que se observa desde hace décadas, como es el del deshielo de los glaciares, advirtió hoy el experto austríaco Alexander Ohms.
Si en agosto y septiembre se mantienen las actuales altas temperaturas, hecho muy probable, según datos facilitados por un instituto meteorológico londinense, este año se produciría un retroceso del hielo en los glaciares mayor que el registrado durante el año "catastrófico" de 1947.
Esta pérdida de masa glaciar en la república alpina es consecuencia de la falta de una capa de nieve consistente que cubra el hielo, la ausencia de nuevas nevadas, las altas temperaturas y el polvo desértico que quedó depositado en los glaciares el pasado mes de noviembre.
Según Ohms, del servicio meteorológico de la ciudad austríaca de Salzburgo, "con un verano como el actual en el que hay esta ola de calor, será difícil que los glaciares se recuperen, pues con las precipitaciones y temperaturas habituales para agosto y septiembre el deshielo es inevitable".
En su opinión, "el invierno seco que se ha registrado en Austria este año ha provocado que el hielo no estuviera protegido por una capa de nieve consistente".
"El hielo que quedó al descubierto tras derretirse la capa de nieve presentaba una tonalidad entre amarilla y marrón debido al polvo desértico que quedó depositado en noviembre de 2002 en los Alpes", lo que tiene un efecto negativo ya que "cuando un glaciar es oscuro, su capacidad de absorción de la luz es mayor y eso lleva a un deshielo más fuerte", aseveró.
Para Heinz Slupetzky, director del departamento para el estudio comparado de la alta montaña y los glaciares de la Universidad de Salzburgo, "lo que está claro es que nos encontramos nuevamente ante una pérdida de masa glaciar", ya que sólo nevadas durante unos días podrían frenar este proceso y "las previsiones son poco alentadoras".