WASHINGTON.- El Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dijo hoy que las muertes ayer de Uday y Qusay Hussein, los hijos del derrocado presidente iraquí, demuestran que el régimen de Saddam Hussein no tiene ninguna posibilidad de volver al poder.
"El antiguo régimen ya no está y ya no volverá", dijo Bush en una intervención en la Casa Blanca, junto al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, el jefe del Estado Mayor, general Richard Myers, y el administrador civil de Irak, Paul Bremer.
El Presidente se refirió a los hijos de Saddam Hussein como "dos de los esbirros clave del régimen" y los acusó de "ser responsables de las torturas, la mutilación y el asesinato de incontables iraquíes".
Bush reconoció, no obstante, que el entorno del derrocado régimen de Bagdad sigue manteniendo "unos pocos focos de resistencia", que serán perseguidos hasta el final por las tropas estadounidenses.
Afirmó que la resistencia quiere evitar "nuestro éxito en Irak". Dos soldados estadounidenses murieron hoy y otros ocho más resultaron heridos en nuevos ataques en ese país.
Fuentes militares citadas por los medios de comunicación locales informaron en las últimas horas de que el Pentágono está considerando difundir las fotos de los cadáveres de Qusay y Uday para demostrar al pueblo iraquí que efectivamente están muertos.
Qusay y Uday murieron el martes durante un "violento combate" en la ciudad iraquí de Mosul, 400 kilómetros al norte de Bagdad, según informó en la capital iraquí el general Ricardo Sánchez, quien aseguró que los hijos de Saddam Hussein ofrecieron una "fiera" resistencia.
Washington, que recibió la noticia con satisfacción, considera que la supervivencia de Saddam Hussein y sus hijos era la principal fuente de inestabilidad en Irak, ya que alimentaba la resistencia guerrillera y el rechazo a cooperar con las fuerzas de ocupación.