NARRAGANSETT, EE.UU..- En 1994, el arqueólogo Fredrik Hiebert recorrió el norte de Turquía en un sucio Toyota blanco, buscando evidencias de civilizaciones antiguas en los alrededores del Mar Negro.
Cada vez que él y su equipo preguntaban a los pobladores del área dónde estaban las centenarias ruinas, obtenían la misma respuesta. "Todos nos señalaban el mar", recordó Hiebert.
Ahora, Hiebert sabe por qué lo hacían.
Después de algunos viajes preliminares, el profesor de la Universidad de Pennsylvania y otros científicos emprenderán el primer esfuerzo de excavar barcos antiguos y un posible asentamiento humano que permanecería momificado en las aguas del Mar Negro.
Los científicos esperan que la información que consigan les permita entender capítulos hasta ahora desconocidos de la historia humana, de la Edad de Bronce, los imperios Romano y Bizantino, y determinar cuándo el cristianismo incursionó por primera vez en Rusia.
Otra de las metas de la expedición de dos semanas —cuyo presupuesto es de cinco millones de dólares y comenzará el 27 de julio— es encontrar evidencia de una gran inundación de hace unos 7.500 años que cubrió el Mar Negro, convirtiendo a un lago de aguas dulces en un océano de aguas saladas.
Algunos expertos han manifestado que podría tratarse de la bíblica inundación de Noé. Otros consideran que la teoría carece de sustento científico y podría eclipsar experimentos más valiosos que desarrollará allí el equipo de Hiebert.
La expedición podrá ser observada en vivo por académicos y expertos de todo el mundo que podrían ser llamados por sus colegas para que realicen comentarios sobre los descubrimientos.
Los niños podrán también estar al tanto de lo que pase, conectándose con el Instituto de Exploración de Robert Ballard, en Mystic, en el estado de Connecticut, y otros sitios.
Ballard es un explorador marítimo que descubrió el Titanic y ha establecido el centro de comando del Mar Negro en la Universidad de Rhode Island. Allí se conectarán vía satélite con el barco y transmitirán la expedición a través de un canal de la internet.
"Desde todo punto de vista, uno no sabe con qué se encontrará durante la expedición", manifestó Ballard, de 61 años.
Ballard eligió a Rhode Island como el centro neurálgico de la misión porque presidirá el primer programa para graduados en oceanografía y arqueología, que comenzará en el 2004.
Ballard obtuvo su doctorado en geología marítima y geofísica en esa facultad, en 1974.
Los expertos trabajarán en la costa de Sinop. Los científicos han determinado que fue un importante centro comercial durante varios siglos. Creen que los pobladores locales transportaban aceite de oliva, miel y hierro hacia el norte de Crimea, a cambio de vino y otras mercancías. Saben que las aguas más profundas del Mar Negro no tienen oxígeno, lo que garantiza que cualquier cosa que hallen estará muy bien conservada.
En esta expedición, los arqueólogos esperan poder observar al barco y, si tienen suerte, también a su carga. La embarcación podría contener aún rastros de bolsas con uvas, lentejas y seda de Asia, dijo Cheryl Ward, arqueóloga marina de la Universidad Estatal de la Florida.
"La madera y lo que hay adentro constituyen un secreto", expresó Ward.
En otro sitio, a unos 100 metros de profundidad, los exploradores piensan que podrían encontrar un asentamiento humano de más de 7.500 años.
Ballard y su equipo de ingenieros han construido una herramienta de unos 2,1 metros de alto que excavará las ruinas en busca de artefactos, de una manera similar a la utilizada por los arqueólogos en tierra.
"Si todo sale bien, revolucionaremos la arqueología", sostuvo Hiebert, un científico de 42 años que lidera el proyecto del asentamiento humano.
Los científicos también están interesados en la ruina, porque podría contribuir a la teoría de la inundación de Noé que generó mayor atención en torno al viaje, y también más críticas.
Se sabe que la región del Mar Negro fue inundada cuando el alto nivel de los mares de todo el mundo hizo que las aguas llegasen a lo que hoy se conoce como Mar Negro.
Las preguntas que aún no tienen respuestas son: ¿Cuándo sucedió? ¿Con qué velocidad?
Hasta hace poco tiempo, los expertos pensaban que la inundación tuvo lugar hace 9.000 años, de manera gradual.
Pero los geólogos marinos Walter Pitman y William Ryan escribieron en 1997 que la inundación fue repentina, hace 7.150 años. Las conclusiones de los científicos revitalizaron el debate de la inundación de Noé, que la Biblia relata como un hecho calamitoso que se extendió durante 40 días y 40 noches.
"Me perturba un poquito", dijo Hiebert, "porque me gusta la teoría de Noé, como a tantos".
Sin embargo, admite que el debate ha hecho que de miles de personas estén pendientes de lo que pase con la expedición.
"Desearía que todas mis clases tuvieran un millón y medio de personas", dijo, aludiendo al interés en lo que pueda descubrir su expedición.
En la internet:
Institute for Exploration
National Geographic Society
University of Rhode Island