MONROVIA, Liberia.- Monrovia, capital liberiana, volvió a sufrir hoy ataques con morteros, uno de los cuales alcanzó una iglesia que daba refugio a miles de personas, tres de las cuales murieron y 55 resultaron heridas.
Fue el segundo ataque con proyectiles, en dos días, contra edificios abarrotados con refugiados en Monrovia, sitiada por los rebeldes en una ofensiva que comenzó hace una semana.
La iglesia Greater Refuge -situada sobre una colina que domina el puerto en manos de los rebeldes y los puentes disputados que parten de la costa hacia Monrovia- ha recibido entre 5.000 y 6.000 personas, muchos procedentes de las afueras de la capital, desde que los rebeldes comenzaron a avanzar, en junio, dijo el pastor de la iglesia Michael Chea.
Los combates en el puerto fueron muy violentos durante la noche, y testigos dijeron que cinco proyectiles cayeron cerca de la iglesia aproximadamente a las 4 de la madrugada.
Un sexto proyectil cayó directamente en el edificio y estalló sobre los refugiados que dormían.
Fragmentos de mortero mataron a una mujer recostada junto a su bebé de un año, que sobrevivió.
"Nuestra gente muere día y noche. Caen cohetes. La gente inocente muere. ¿Qué sabemos nosotros de la guerra?", dijo Konah Macgee, cuyo tío murió en el ataque.
"Todos los días dicen, "Vendrán soldados, vendrán soldados", agregó. "Y nadie viene".
Los vecinos, entrevistados telefónicamente luego del amanecer, dijeron que contaron 15 cadáveres tirados frente a la iglesia, pero Chea, el pastor dijo que tres murieron, dos cuyos cadáveres aún yacían ante el templo y un tercero, murió en un hospital.
Cerca de 55 personas resultaron heridas, 14 están graves, agregó Chea.
Los residentes dijeron que las rondas de mortero provenían del puerto, que está en poder de los rebeldes.
Ambos bandos se acusan por los bombardeos con morteros, de los que han sido blanco barrios densamente poblados de la capital de un millón de habitantes, que ahora recibe a cientos de miles de refugiados.
Los rebeldes han combatido durante tres años para derrocar a Taylor, ex jefe militar que está detrás de los 14 años de casi perpetuo conflicto en la nación del oeste de Africa. Los rebeldes, muchos de ellos ex combatientes en la guerra civil de 1989-1996, lanzada por Taylor, supuestamente reciben el apoyo de países vecinos que ven al Presidente como fuente de inestabilidad regional.