MANILA.- La presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, dio de plazo hasta las cinco de la tarde del domingo (09.00 GMT) al grupo de militares sublevados para rendirse y entregar las armas, porque de lo contrario se hará uso de la fuerza.
"Soy la jefa de las Fuerzas Armadas y os recuerdo que no hay justificación para vuestra acción", dijo Macapagal a través de la televisión local en un mensaje a la nación.
Un grupo de 20 oficiales y medio centenar de soldados se ha sublevado esta madrugada y pide, pertrechado con explosivos en un edificio del distrito financiero de Manila, la disolución del Gobierno de la presidenta Macapagal Arroyo.
Los golpistas acusan a la Administración y a las Fuerzas Armadas de corruptos, de cometer atentados y de vender armas a los grupos insurgentes.
Según fuentes militares, el grupo está formado por veinte oficiales jóvenes, menores de 33 años, todos ellos graduados en el Academia Militar de Filipinas, y de medio centenar de soldados rasos.
Al parecer, entre los capitanes y tenientes sublevados, hay expertos en explosivos.
Los golpistas desertaron el sábado de sus puestos y en la madrugada del domingo entraron en la capital y se posicionaron en el edificio "Oakwood", un hotel de apartamentos de lujo con tiendas comerciales en sus bajos.
Los rebeldes han colocado artefactos explosivos de tipo C-4 en varios puntos de la avenida Ayala, una de las principales del distrito de Makati, que pueden detonar a distancia, según han revelado.
"No queremos hacer daño a nadie. Hemos colocado los explosivos para defendernos", explicó el teniente Antonio Trillanes, el jefe de los militares alzados en el "Oakwood". "Este Gobierno nos ha obligado a hacer esto", gritó Trillanes desde el edificio a los periodistas.
El ministro filipino de Turismo, Richard Gordon, indicó en rueda de prensa en el palacio de Malacañang, donde se celebra en estos momentos una reunión de urgencia del Gabinete, que "la situación no es buena", aunque detalló que el aeropuerto internacional de la capital está funcionando con normalidad.
El Ejército ha rodeado con tanques y efectivos a los insurrectos e intenta ahora llegar a una solución pacífica.
Otras tropas gubernamentales leales al Gobierno han asegurado los puntos claves de la capital, como el Legislativo, y una larga caravana de vehículos blindados y camiones con soldados marchaba en la mañana de hoy por EDSA, la principal arteria de Manila, para defender más posiciones.
Los sublevados se han autodenominado "Magdalo", el mismo nombre o elegido en el siglo XIX por otro grupo de filipinos revolucionarios que luchó contra España.
El ministro del Interior, Jose Lina, indicó que tienen informes de inteligencia que apuntan al senador Gregorio Honasan como el "cerebro" de esta asonada.
Honasan encabezó varias intentonas golpistas durante el gobierno de la ex presidenta Corazón Aquino (1986-92) y fue miembro del régimen del dictador Ferdinand Marcos (1965-86).
"Disponemos de un informe militar claro y con fundamento que implica a Honasan y estamos preparando cargos contra él", manifestó Lina.
El propio Honasan negó hoy cualquier relación con los golpistas y responsabilizó al Gobierno de esta situación, por no cumplir sus promesas y por no escuchar el descontento del pueblo.
El ex presidente Joseph Estrada, derribado en enero de 2001 por una revuelta popular pacífica, también aseguró desde su celda que no tiene relación alguna con los militares rebeldes.
Estrada fue encarcelado el 25 de abril de 2001 y actualmente afronta varios juicios por corrupción.
Honasan y Estrada son antiguos aliados y forman parte del frente político rival del de Macapagal Arroyo.