DUBAI.- Las cadenas de televisión árabes Al Jazeera y Al Arabiya defendieron su línea editorial este lunes y rechazaron las afirmaciones del número dos del Pentágono, Paul Wolfowitz, que las acusó de fomentar la violencia contra las fuerzas militares estadounidenses en Irak.
"Las afirmaciones Wolfowitz son puras calumnias contra los medios de comunicación árabes en general y contra Al Arabiya y Al Jazeera en particular", protestó Salah Al-Qallab, portavoz de Al Arabiya, una cadena de capital mayoritario saudita, con sede en Dubai.
El subsecretario estadounidense de Defensa acusó a las dos cadenas de "deformar terriblemente la información", difundir "reportajes falsos y parciales que tienen por fin incitar la violencia" contra las tropas estadounidenses.
Wolfowitz lanzó también una advertencia a los Estados que apoyan estas cadenas: "Estos gobiernos deben pararse a pensar y ver que no es un juego, que ésto está amenazando la vida de las tropas estadounidenses", declaró a la cadena de televisión estadounidense Fox News.
"Wolfowitz no debe esperar que Al Arabiya considere a las fuerzas estadounidenses como fuerzas de liberación. Según la ONU son fuerzas de ocupación", añadió Qallab a la AFP, subrayando que "durante la guerra de Irak, Al-Arabiya se alineó siempre del lado de la verdad: ni con Saddam (Hussein) ni con las fuerzas de ocupación".
"A veces podemos cometer errores, pero de forma general hemos velado por la precisión y la imparcialidad", concluyó Qallab.
En el mismo tono conciliador, el director de redacción de la cadena, Salah Najm, insistió en la "cobertura objetiva y equilibrada" de Al-Arabiya.
Creada en marzo pasado, Al-Arabiya es una cadena privada financiada sobre todo por inversores sauditas, kuwaitíes y libaneses. Pretende hacer la competencia a Al Jazira, que emite desde Qatar y consiguió ser mundialmente reconocida por su cobertura de la guerra de Afganistán en 2001 y la difusión exclusiva de grabaciones del fundamentalista islámico Osama Bin Laden, jefe de la red terrorista Al Qaeda.
Al Jazeera fue precisamente objeto de los ataques más virulentos de Wolfowitz. Este la acusó de "haber difundido una noticia totalmente falsa según la cual se había detenido a uno de los principales imanes de la ciudad santa de Najaf".
"Lo que pasa es que los medios de comunicación occidentales no esperaban encontrar en la región competidores árabes de esta envergadura, que se han impuesto gracias a su respeto por la verdad, algo que no gusta a aquellos que se ven perjudicados por esta política", protestó el director de la cadena, Adnan al-Charif, en una entrevista con la AFP, en la que responsables de la cadena pidieron a Wolfowitz que se disculpe.
Charif defendió también "la credibilidad de Al Jazeera, que no difunde ninguna información sin intentar previamente entrevistar a los estadounidenses al respecto".
Más incisivo, el corresponsal de Al-Jazeera en Bagdad, Yasser Abu Hilala, criticó: "Es muy simple: las fuerzas estadounidenses quieren que los medios de comunicación estén a sus órdenes. Eso es inadmisible", reiteró.
"Los medios respetables se niegan a someterse a la voluntad de los gobernantes y todavía menos a la de un invasor", añadió, subrayando las enormes dificultades que encuentran los periodistas para trabajar libremente en Irak en este momento.