RIO DE JANEIRO.- El narcotraficante carioca Márcio Amaro de Oliveira, que ganó fama en 1996 cuando el cantante Michael Jackson eligió la favela que dominaba para rodar un vídeo, fue hallado hoy sin vida dentro de un cesto de basura en la prisión donde cumplía una pena de veinte años.
Las autoridades de la cárcel Bangú III, en Río de Janeiro, no supieron ofrecer más detalles sobre la muerte del delincuente, de 60 años, que hace una década imponía terror en la favela de Dona Marta, enclavada en un cerro situado en el barrio carioca de Botafogo.
Según la Secretaría de Administración Penitenciaria, el cuerpo del capo, que era conocido por el apodo "Marcinho VP", tenía varias heridas cortantes y fue arrojado dentro de un canasto de lata de basura.
Una nota oficial agregó que se ha abierto una investigación para determinar a los responsables, de quienes se presume que son miembros de otra banda de drogas.
"Marcinho VP" había sido detenido por última vez en abril del 2000, tras haber estado preso y logrado fugarse en otras oportunidades.
En 1996, cuando Michael Jackson eligió la favela de Dona Marta para filmar un vídeo, el narcotraficante tuvo su cuarto de hora de fama internacional.
Los representantes del cantante y el cineasta Spike Lee, director del vídeo, debieron negociar con Marcinho VP para poder utilizar la barriada como escenario.
La prensa local afirmó en la época que tanto Lee como Jackson pudieron trabajar sin problemas en ese barrio marginal gracias a la "escolta" que les habría proporcionado Marcinho VP, a cambio de una nunca conocida suma de dinero.
Hace tres años, poco después de ser definitivamente capturado, el narcotraficante estuvo vinculado otra vez a la farándula. Según la policía, Marcinho VP había recibido dinero del cineasta Joao Salles a cambio de autorizar la filmación de un documental en la favela.
Tras varios días de informaciones contradictorias, el propio Salles admitió que pagaba al capo una mensualidad de 1.500 dólares, pero lo justificó como un intento por alejarlo del crimen.
Según el cineasta, De Oliveira quería abandonar el narcotráfico pero no lo hacía por carecer de otra fuente de recursos.
