MADRID.- La Audiencia Nacional española ratificó hoy su competencia para juzgar los supuestos crímenes contra la humanidad cometidos durante la dictadura argentina (1976-1983).
Así lo acordó el alto tribunal en un auto en el que desestima el recurso planteado por la Fiscalía de la Audiencia Nacional a raíz de la apertura de juicio oral al ex militar argentino Adolfo Scilingo, en prisión desde el 31 de julio de 2001.
Tras conocer esta resolución, el fiscal Pedro Rubira ha anunciado que prepara un recurso de casación ante el Tribunal Supremo en contra de la misma.
Rubira basará su recurso en la sentencia que dictó este tribunal en el caso de Guatemala, que estableció que los tribunales españoles sólo eran competentes para juzgar los crímenes contra españoles y en relación con el delito de torturas.
La Justicia española inició los trámites para juzgar al ex militar argentino Adolfo Scilingo por los delitos de terrorismo, genocidio y torturas por su supuesta participación en los llamados "vuelos de la muerte" durante la dictadura militar argentina.
La Audiencia Nacional española decidió abrir juicio a Scilingo después de que el juez que instruye esta causa, Baltasar Garzón, concluyese su investigación.
La sentencia de hoy responde a un escrito de Rubira enviado a los magistrados en el que planteaba un incidente de nulidad ante la apertura de juicio oral a Scilingo.
El fiscal alegó el principio de "cosa juzgada", al haber sido ya enjuiciados en Argentina algunos de los militares procesados por el juez Baltasar Garzón, aunque finalmente fueron absueltos en virtud de las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida, por lo que Rubira consideraba que esto supone un indulto para todos ellos.
La Audiencia Nacional española asumió en 1998 la competencia para juzgar los delitos de lesa humanidad supuestamente cometidos durante las dictaduras chilena y argentina.
En opinión de Rubira, desde entonces "han aparecido, tanto en el ámbito internacional como nacional, resoluciones jurisdiccionales que vienen a resolver las cuestiones planteadas por el Ministerio Fiscal en este procedimiento".
Scilingo, de 57 años, es un ex oficial de la Armada argentina que denunció ante Garzón las violaciones de derechos humanos por parte de la dictadura militar.
Destinado en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) argentina, estuvo al cargo del departamento de Reparaciones, Electricidad y Automotores, cuyo mantenimiento le permitía acudir a lugares restringidos del recinto, como los reservados al Grupo Operativo.
Según sus propias declaraciones tuvo conocimiento de las torturas a que se sometía a los opositores detenidos, llegando incluso a participar en dos "vuelos de la muerte", en junio y agosto de 1977.
Confesó haber tomado parte en el lanzamiento en alta mar de 30 personas que antes fueron anestesiadas y trasladadas en aviones de la Marina de Guerra y de la Prefectura Naval, para ser arrojadas desnudas al Atlántico.
En 1996 y tras conocer la iniciativa de Garzón de abrir un proceso por los crímenes de la dictadura argentina, Scilingo escribió al juez español una carta, que fue entregada por su esposa en la Embajada de España en Buenos Aires.
El ex militar ofreció su colaboración sin rehusar su propia responsabilidad, "como integrante de la plana mayor de la ESMA", en los hechos juzgados.
Scilingo acudió a España acompañado de su abogado y declaró por primera vez el 7 de octubre de 1997 ante Garzón, que ese mismo día dictó su prisión provisional, incondicional e incomunicada, ya que el ex militar admitió su participación en dos de los vuelos.
En enero de 1998, Scilingo salió de la cárcel en libertad provisional, aunque se le prohibía abandonar el territorio español y sin el carácter de testigo protegido, que el imputado había solicitado.
Un año después, Garzón comunicó a Scilingo su procesamiento junto con otros 98 militares argentinos por genocidio, terrorismo y torturas, aunque el ex militar afirmó ante el juez que no participó en los llamados "vuelos de la muerte" y que no recordaba ningún dato sobre la represión durante la dictadura argentina.