LIMA.- El ex Presidente Alberto Fujimori, refugiado en Tokio, se declaró este jueves "completamente inocente" de las acusaciones de violaciones a los derechos humanos que sustentan un pedido de extradición presentado oficialmente por Perú a Japón.
El ex Mandatario estimó que el pedido de 700 páginas entregado a la Cancillería japonesa "no presenta ni una sola línea de la evidencia que demuestre mi responsabilidad en los condenables crímenes de Barrios Altos y La Cantuta".
"¿Cómo puede ocurrir que en todo el expediente no haya ni una sola línea con pruebas? Muy simple, no tengo ninguna conexión con los hechos en mención, esos hechos ocurrieron en medio de una lucha titánica contra el terrorismo que asolaba a todo el país, con el caos reinando en muchos lugares", añadió en un comunicado enviado desde Tokio.
La matanza de Barrios Altos, que dejó 15 víctimas, entre ellos un niño en 1991, y la de la Universidad La Cantuta, con diez muertos asesinados con tiros en la cabeza en 1992, fueron obra del grupo paramilitar Colina, que dependía de los servicios secretos peruanos.
"Soy completamente inocente, me llama la atención el pedido de extradición, probablemente están tratando de evitar que Alberto Fujimori regrese al Perú por su propia voluntad para liderar el movimiento ’Sí cumple’", dijo en alusión al partido que formó esta semana en la capital nipona.
Fujimori dijo que las imputaciones en su contra se explican por "el debilitado gobierno del Presidente Alejandro Toledo, que tiene una desaprobación de 85% y que continúa con su campaña de persecución política en mi contra".
Según refirió, las dos matanzas se produjeron "cuando yo, como presidente de mi país, combatía contra el terrorismo sanguinario de Sendero Luminoso y del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru -el peor de su género en el mundo en esa época- dentro de una estrategia integral en la cual se respetaba los derechos humanos".
Añadió que, al producirse tales hechos, "promovía a lo largo del país programas sociales para combatir la malnutrición".
Hizo notar que la estrategia integral que aplicó su gobierno (1990-2000) logró acabar "con ese horrible ciclo de violencia" al subrayar que así como estos crímenes, perpetrados en 1991-92, mucho más gente inocente fue asesinada por los terroristas o por algún grupo paramilitar aún antes de su gobierno.
Fujimori reafirmó su convicción de que todos los Estados deben luchar contra el terrorismo, al puntualizar que "repudiables crímenes como éstos no deben ocurrir en la batalla frente al terror".
Finalmente, anotó que el gobierno peruano tiene que combatir el reciente y peligroso resurgimiento de Sendero Luminoso, al que califica como "sanguinario grupo terrorista que una vez más está avanzando con su ola de atentados violentos y asesinatos de gente inocente".