LIMA.- El encarcelado líder de la agrupación armada Sendero Luminoso (maoísta), Abimael Guzmán, inició una huelga de hambre en rechazo a una sanción de aislamiento, declaró a AFP su abogado Manuel Fajardo.
La número dos de la organización, Elena Iparraguirre, compañera sentimental de Guzmán, también sancionada, se sumó a la huelga.
"La medida de fuerza durará hasta que las autoridades revoquen la sanción", precisó Fajardo, quien relató que las autoridades militares de la base naval donde está preso Guzmán le impidieron verlo.
Las autoridades penitenciarias peruanas emitieron un comunicado en el que confirman "la sanción disciplinaria" que les prohibe por 15 días salir de sus celdas, pero omiten cualquier mención a la huelga de hambre.
La sanción impuesta por el Comandante de la Armada encargado de la prisión militar incluye a dos cabecillas del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA, guevarista): Miguel Rincón y Peter Cárdenas.
"Es una huelga de hambre, de verdad", acotó Fajardo quien recordó que la pareja ya protagonizó en abril de 2002 una huelga de hambre por 30 días en la que perdieron 10 kilos. Aquella huelga se levantó tras la intermediación de la Iglesia Católica.
"No se puede castigar con normas militares a civiles", se quejó Fajardo.
La sanción establece la prohibición de recibir visitas, salvo a su abogado, el retiro de receptores de radios y la imposibilidad de disfrutar de encuentros íntimos dentro de la celda.
Fajardo explicó que sus defendidos fueron sancionados por resistirse a retornar a sus celdas durante dos días, del 29 al 31 de julio, "en protesta por negárseles el acceso a la prensa para refutar una campaña de calumnias en su contra".
La prensa peruana en base a filtraciones de los servicios de seguridad, acusó durante las dos últimas semanas a los líderes de Sendero de ordenar desde la cárcel una ofensiva perpetrada por remanentes de su debilitada agrupación y de negociar mejoras carcelarias.
Guzmán, quien bordea los 70 años, es el preso más importante de Perú. En 1992 fue condenado a perpetuidad por un tribunal militar, acusado de encabezar la insurección más importante en la historia peruana en el siglo XX con un saldo de al menos 40.000 muertos entre 1980 y 2000.