BEIRUT.- El movimiento pro-iraní Hezbollah juró hoy venganza después de que la explosión de un coche bomba causara ayer la muerte de Ali Hussein Saleh, "funcionario de seguridad" del grupo, en Beirut, capital de Líbano.
Hezbollah responsabiliza a Israel de su muerte. Durante el entierro de Saleh en Brital, el oeste de Beirut, un importante miembro de Hezbollah dijo hoy que la muerte de Saleh no quedaría impune, mientras cientos de combatientes vestidos con uniformes de combate negros gritaban proclamas contra Estados Unidos e Israel.
Hace apenas una semana, Hezbollah había amenazado con secuestrar a otros israelíes si las negociaciones para el intercambio de presos no arrojaban resultados.
El grupo armado mantiene detenidos a cuatro israelíes secuestrados en el territorio fronterizo israelí-libanés. Israel tiene presos a alrededor de dos decenas de representantes de Hezbollah, entre ellos los líderes de la organización, Mustafa Dirani y jeque Abdel Karim Obedi.