LISBOA.- Los incendios que desde hace una semana devastan Portugal causaron 6 muertos y han provocado la evacuación de centenares de personas, el corte de carreteras y la declaración de estado de emergencia en los distritos de Portalegre y Castelo Branco, fronterizos con Extremadura.
Las autoridades lusas se vieron desbordadas por la peor cadena de incendios que se recuerda en 20 años, y han tenido que solicitar la ayuda internacional, ante una situación que llevó a la Asociación Nacional de Bomberos Portugueses (ANBP) a pedir la puesta en marcha del Plan Nacional de Emergencia en todo el país.
El Primer Ministro portugués, José Manuel Durao Barroso, tuvo que intervenir hoy para dejar claro que esta medida era innecesaria, ya que se están aplicando planes específicos en la áreas más castigadas.
El consejo de ministros extraordinario que tendrá lugar mañana, lunes, convocado inicialmente para discutir el nombramiento del general Valenca Pinto como nuevo jefe del Estado Mayor del Ejército (CEME), será dedicado de forma prioritaria a las posibles medidas compensatorias para las regiones más afectadas por los incendios.
La preocupación de las autoridades llevó hoy al Presidente de la República, Jorge Sampaio, a visitar el Servicio Nacional de Bomberos y Protección Civil, en Carnaxide, a las afueras de Lisboa, para tener conocimiento "de primera mano" del estado de la situación.
La madrugada de hoy fue, sin duda, el momento más crítico desde el inicio de los incendios, al encontrarse los cuerpos carbonizados de dos personas en el interior de un vehículo en el concejo de Chamusca, distrito de Santarém, fronterizo al de Lisboa.
Horas más tarde, moría otro hombre de 50 años en el distrito de Portalegre, fronterizo con la provincia española de Cáceres, cuando el tractor que conducía fue alcanzado por las llamas de un foco fuera de control.
El último de los fallecidos fue un bombero que murió en accidente de tráfico, en las cercanías de Figueira de Castelo Rodrigo, a pocos kilómetros de la provincia española de Salamanca, cuando se reincorporaba a combatir un incendio que afecta a la zona.
Los cuatro muertos de hoy se suman a dos fallecidos en Castelo Branco, el miércoles y jueves.
En estos momentos, la situación permanece incierta y los frentes abiertos son múltiples, a lo largo de toda la geografía del país.
En Abrantes, localidad situada a 150 kilómetros al nordeste de Lisboa, el fuego se encuentra a pocos centenares de metros de una central termo-eléctrica, y podría afectar también a un hotel cercano.
La situación es de tal magnitud que solamente 5 de los 18 distritos en que se divide administrativamente Portugal están a salvo del caos que afecta al país.
A las 16.00 horas (15.00 GMT), con datos facilitados por el Centro Nacional de Operaciones de Socorro (CNOS), cerca 2.913 bomberos combatían contra aproximadamente 30 incendios, apoyados por 781 vehículos y 400 efectivos militares.
En cuanto al número de evacuados, no existen datos fiables, aunque el diario "Publico" informa de centenares de personas que han tenido que abandonar sus casas y ser acogidas en centros del Estado y cuarteles.
Otros medios hablan de cerca de 40.000 hectáreas destruidas durante la última semana, aunque las cifras no han sido todavía confirmadas.
Como única nota positiva, cabe destacar que el Instituto de Meteorología y Geofísica de Portugal anunció que a lo largo del día bajarán las temperaturas, alejándose de unos valores considerados como los más elevados desde hace décadas.
