WASHINGTON.- El secretario de Estado de EE.UU., Colin Powell, negó hoy personalmente que no quiera seguir en el Gobierno si el Presidente George W. Bush resulta reelegido en las elecciones del año próximo.
En unas declaraciones a "Radio Sawa", una emisora en árabe patrocinada por el Gobierno de EE.UU., Powell negó las informaciones publicadas hoy por el diario "The Washington Post", que aseguraban que tanto el secretario de Estado como su "número dos", Richard Armitage, tenían previsto abandonar su cargo tras los comicios presidenciales.
Las declaraciones de Powell no hacían sino repetir un comunicado de su Departamento, firmado por su portavoz Richard Reeker, en el que se aseguraba que esas informaciones "no tienen base".
Según el periódico, Armitage había comentado a la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, que tanto Powell como él iban a abandonar el Gobierno de EE.UU. el 21 de enero de 2005, el día después de la jura presidencial.
"No hay base alguna para esa historia. Como el secretario Powell siempre ha dicho, tanto él como el subsecretario Armitage están a la disposición del presidente y seguirán estándolo", afirmaba el comunicado oficial.
Este comunicado no había disipado los comentarios sobre la salida de Powell del gabinete, algo que en Washington es un secreto a voces y el propio secretario de Estado no ha negado en conversaciones con sus allegados.
Según el "Post", Powell había prometido a su esposa, Alma, que no permanecería más de una legislatura en el cargo.
Si Bush resultara vencedor en las elecciones presidenciales del próximo año, entre los candidatos a suceder a Powell se barajan los nombres de Rice y uno de los "halcones" deg actual Gobierno, el subsecretario de Defensa Paul Wolfowitz.
Según el "Post", Rice parece ser la favorita, debido a su cercanía al presidente estadounidense.
Parece confirmar este extremo el hecho de que recientemente se ha hecho cargo de responsabilidades relacionadas con Oriente Medio, en lo que parece ser una prueba para que se "foguee" sobre el terreno en un campo, el de las relaciones internacionales, en el que carece de experiencia directa.
En ese caso, Wolfowitz -antiguo catedrático de Política y considerado más un ideólogo que un administrador- podría pasar a ocupar el papel de asesor de seguridad nacional, uno de los puestos más influyentes en el Gobierno de EE.UU.
En círculos políticos se alega que el desmentido oficial emitido hoy se debe a que aún quedan 18 meses de mandato y el secretario de Estado no quiere que se le considere lo que en política estadounidense se describe como "un pato cojo" ("lame duck"), un dirigente con las horas contadas y que debido a ello no puede o no se atreve a tomar decisiones importantes.
El secretario de Estado es en la actualidad el miembro más popular del gobierno de Bush, tanto dentro del país como a nivel internacional.
Powell, quien en EE.UU. goza de gran respeto debido a su pasado como jefe del Estado Mayor durante la guerra del Golfo en 1991, está visto en la comunidad internacional como el principal estandarte de la corriente multilateralista en el Gobierno estadounidense.
Los rumores sobre su marcha no dejarán de alertar a quienes temen que su salida deje "vía libre" a los "halcones" de la administración Bush y Estados Unidos renuncie a tener en cuenta la opinión del resto de los países.
El secretario de Estado fue quien persuadió a Bush para que acudiera a las Naciones Unidas y tratara de obtener el respaldo internacional a la guerra contra Irak.
El mismo compareció ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el 4 de febrero, para presentar las pruebas que, según EE.UU., demostraban la presencia de armas de destrucción masiva en Irak.
