AMANN.- El gobierno de Jordania condenó la explosión que se produjo hoy frente a la embajada de Jordania en Bagdad, causando la muerte de al menos 10 personas, y lo calificó como un "acto cobarde de terrorismo".
Sin embargo, en la declaración oficial se evita acusar a algún grupo de estar detrás del ataque. En un comunicado que refleja la reacción del gobierno, el ministro de Información Nabil Sharif dijo que "este acto criminal sólo aumentará la determinación de Jordania de seguir adelante con su política de extender su ayuda a los hermanos iraquíes con una visión para restaurar la seguridad y la estabilidad".
Según dijo, si bien no hubo víctimas entre los diplomáticos jordanos, se produjeron algunos saqueos después de la explosión.
Mientras, el líder del Frente de Acción Islámica (FAI), el mayor partido político de Jordania, acusó a Estados Unidos al afirmar que la solución al problema de seguridad en Irak reside en la "retirada de las tropas de ocupación".
El secretario general del FAI, Hamzeh Mansour, agregó: "Excluimos que la explosión haya sido llevada a cabo por el pueblo iraquí o la heroica resistencia, y creemos que un acto de ese tipo fue ideado por grupos que buscan abrir una brecha entre Jordania e Irak".
Mansour sostuvo que había un interés estadounidense en la "continuación de la anarquía en Irak", que según Washington es el motivo por el que sus tropas continúan allí.
"Creemos que el mantenimiento de la seguridad y la estabilidad en Irak no es una de las prioridades de la administración estadounidense, para justificar la presencia continuada de sus fuerzas de ocupación allí", dijo.
Mientras que el ministro de Información Sharif no acusó a ningún grupo específico de estar detrás del incidente, en Amman crecen las especulaciones de que fue llevado a cabo por seguidores de Saddam Hussein o elementos que pertenecen a algunos grupos opositores anti Saddam.
"La explosión podría ser una reacción a la exitosa visita a Kuwait esta semana del Primer Ministro jordano Ali Abul Ragheb", dijo un analista a dpa.
En un comunicado conjunto al fin de su visita de dos días, Abul Ragheb condenó el comportamiento del ex Presidente Saddam Hussein. Además, durante la visita se reunió con el emir jeque Jaber Al Ahmad Al Sabah y le dio un mensaje del rey Abdullah en contra del retroceso de los vínculos que se han desarrollado rápidamente entre las dos monarquías proestadounidenses, que contrasta fuertemente con la ruptura de las relaciones bilaterales que siguió a la ocupación iraquí de Kuwait en 1990.
Jordania, que dependía de Irak como principal fuente de petróleo desde agosto de 1990, se vio obligada a recurrir a Kuwait, Arabia Saudita y los Emiratos Arabes Unidos para poder cubrir sus necesidades energéticas desde el 20 de marzo, cuando comenzó la guerra en Bagdad.
Los analistas tampoco descartan la posibilidad de que la explosión se haya debido a un ajuste de cuentas con el gobierno jordano por parte de elementos de Al Qaeda, que según algunos informes se están trasladando hasta Irak. Además, once personas pertenecientes a Al Qaeda están siendo procesadas en Jordania por asesinar al diplomático estadounidense Laurance Foley en Amman el 28 de octubre del año pasado.
Un diplomático árabe que reside en Amman evaluó la posibilidad de que la explosión haya sido ideada por ciertos líderes de la oposición iraquí después de que Jordania acogiera a dos hijas de Saddam Hussein, Raghad y Rana, y a sus nueve hijos.