ABIDJAN.- El Presidente de Liberia, Charles Taylor, puede haberse comprometido una y otra vez a dimitir, pero sus enemigos temen que pueda huir en el último momento.
Taylor envió el jueves una carta al Parlamento liberiano para anunciar que, cediendo a las presiones internacionales, entregará el poder a su vicepresidente el próximo lunes.
Sin embargo, el ex caudillo militar aún no ha fijado una fecha para aceptar la oferta de asilo de Nigeria y los rebeldes temen nuevos trucos por parte del hombre que en una ocasión escapó de una cárcel de las Naciones Unidas y después de numerosas situaciones de aprieto durante años de guerra.
Los rebeldes del grupo Liberianos Unidos para la Reconciliación y Democracia (LURD) dijeron que les habían llegado noticias de una trama para implicarlos en un ataque contra los recién llegados soldados de paz enviados por Africa occidental.
"Uno de sus planes es imprimir camisetas con la palabra LURD y ponérselas a sus hombres para atacar a las tropas de paz", dijo el general Joe Wylie, asesor militar del LURD en las conversaciones de Ghana.
"Cuando eso ocurra él habrá creado más confusión, provocará bajas entre las tropas de paz y estaremos en un círculo vicioso", dijo Wylie a Reuters.
Informaciones sobre un intento para introducir un cargamento de armas en Monrovia el miércoles, como reto a un alto el fuego y a un embargo de armas de la ONU, se sumaron a las sospechas.
"Si se va del país, ¿para qué está luchando?", preguntó Thomas Nimley, jefe del grupo rebelde Model que ha estado luchando por el control de la segunda ciudad más importante de Liberia, Buchanan.
"Queremos que la comunidad internacional sepa que éste es el Taylor que ha prometido dimitir hoy. Sigue luchando", agregó.
La confianza y la verdad han sido muy escasas en ambos lados de la guerra de 14 años en Liberia, donde las facciones han roto sucesivamente las treguas acusando a los otros de atacar primero.