PARIS.- Francia pidió a Argentina la extradición del ex capitán de fragata Alfredo Astiz, condenado en ausencia a cadena perpetua por la justicia francesa que lo declaró culpable del secuestro y asesinato de dos religiosas durante la dictadura argentina (1976-1983), confirmó el sábado el ministerio francés de Relaciones Exteriores.
"El embajador de Francia en Argentina, Francis Lott, entregó el 8 de agosto al subsecretario de Relaciones Exteriores, Juan José Uranga, el pedido de extradición presentado por Dominique Perben, ministro de Justicia, al gobierno argentino relativo al capitán Alfredo Astiz", declaró el portavoz de la cancillería en un comunicado.
Fuentes diplomáticas en Buenos Aires habían indicado el viernes que el ministerio argentino de Relaciones Exteriores había recibido el pedido de extradición presentado por Francia.
Según la ley argentina, si la cancillería argentina acepta la solicitud francesa, la justicia argentina deberá presentar un procedimiento de extradición que podría durar varios meses.
Alfredo Astiz, de 52 años, está detenido desde hace más de 10 días a pedido de la justicia española, que también lo acusa del asesinato de las religiosas francesas Alice Domon y Léonie Duquet durante la dictadura.
Este individuo, considerado como uno de los mayores torturadores de la dictadura argentina, apodado "el ángel rubio de la muerte", fue condenado en ausencia a cadena perpetua por un tribunal de París en 1990 por el asesinato de estas dos religiosas. Donon y Duquet trabajaban en las villas miseria de Buenos Aires con los familiares de los "desaparecidos" de la represión militar.
La intervención de la justicia argentina en los pedidos de extradición impedía las extradiciones de los criminales de la dictadura militar.
Astiz tuvo un papel preponderante durante la dictadura militar en la dirección de un comando especial de la Escuela de Mecánica de la Marina (ESMA) en Buenos Aires, que se convirtió en un gran centro clandestino de detención y tortura. Más de 5.000 personas estuvieron prisioneras allí, y muy pocas salieron con vida.
Alice Domon fue secuestrada el 8 de diciembre de 1977 frente a la iglesia de Santa Cruz de Buenos Aires por un comando de la ESMA, antes de ser torturada y luego asesinada por los hombres del capitán Astiz. Dos días después, Léonie Duquet fue secuestrada en condiciones similares en la parroquia de San Pablo, un suburbio pobre de la capital argentina. Sus cadáveres jamás fueron encontrados.
Astiz también es reclamado por la justicia italiana, que lo acusa de la desaparición de tres ciudadanos ítalo-argentinos, Giovanni Pegoraro, su esposa Susana, y Angela María Aietta.
En cambio, la justicia sueca indicó a fines de julio que no pedirá su extradición, ya que los requisitos para su eventual acusación en la desaparición de la joven Dagmar Hagelin en 1977 cumplen con los criterios de prescripción de 25 años.
Luego del regreso de la democracia a Argentina, el capitán Astiz se benefició de las leyes de amnistía llamadas Punto Final (1986) y Obediencia Debida (1987).
En 1996, Astiz fue declarado "apto moralmente" por el jefe de la marina para un ascenso, que sin embargo fue rechazado por el gobierno. En ese momento solicitó su pase a retiro, efectivo en setiembre de 1996, pero inmediatamente fue incorporado al Servicio de Inteligencia Naval (SIN).