ESPAÑA.- La ola de calor que azota gran parte de Europa desde principios de mes sigue cobrándose víctimas en los países del sur, mientras que en el norte las temperaturas se aproximan a récords históricos, como en el Reino Unidos, que vive el tercer verano más caluroso desde 1659.
Las temperaturas extremas de las dos últimas semanas en España, que rondan 45 grados centígrados en la mitad meridional del país, se han cobrado hasta hoy 19 víctimas mortales, la mayoría de ellas ancianos, cuyas enfermedades crónicas se vieron agravadas por el intenso calor.
Además, han favorecido el avivamiento en las últimas horas de algunos de los incendios forestales que esta semana han devastado miles de hectáreas en las regiones de Andalucía (sur) y Extremadura (oeste) y en las provincias de Zamora, Salamanca o Avila, en el centro-oeste.
En el vecino Portugal, donde el gobierno decretó esta semana el estado de calamidad y pidió la ayuda de la Unión Europea, siguen activos algunos de los incendios forestales que afectaron en las últimas semana a 15 de los 18 distritos del país, y las llamas se han cobrado hasta hoy 16 muertos.
Lo paradójico es que, según el Instituto de Meteorología luso, julio fue uno de los meses más fríos de los pasados años, pero con agosto llegaron las temperaturas de 40 grados y los incendios se propagaron de norte a sur y han devastado cerca de 162.000 hectáreas de vegetación, con una pérdidas valoradas en 925 millones de euros.
En Italia se han intensificado los fuegos en los montes, que se extienden hoy hacia el sur del país.
Tras haber destruido centenares de hectáreas de bosque en las regiones de Toscana (centro) y Liguria (noroeste), así como en la isla de Elba, los incendios avanzan hacia el sur, ayudados por un tórrido viento sahariano que afecta ahora a la mitad septentrional de Italia.
Las elevadas temperaturas de este tórrido verano, uno de los más calurosos en los últimos dos siglos y con más de 30 grados en todas las grandes ciudades, ha disparado el consumo de energía eléctrica debido al elevado uso de aparatos de aire acondicionado, lo que ha producido numerosos apagones en las últimas semanas.
La grave sequía que sufre Francia desde hace seis meses, unida a la ola de calor de las últimas semanas, que ha causado 14 muertos, ha obligado a restringir el consumo de agua en 56 departamentos.
Además de los incendios forestales, las extremas temperaturas, que han batido récords de 39 y 40 grados centígrados en muchas zonas de Francia, obligaron a instalar sin éxito aspersores en el muro exterior de la central nuclear de Fessenheim (Alto Rin, noreste) y finalmente se puso estabilizar su temperatura a 48 grados al repararse el circuito de ventilación y de refrigeración.
El calor y el bajo nivel fluvial, imprescindibles para enfriar las centrales nucleares, han obligado a pedir a la Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN) que algunas puedan verter a los ríos directamente el agua caliente de la refrigeración de sus reactores.
El Reino Unido vive en estos momentos el tercer verano más caluroso desde que empezó a llevarse un registro de temperaturas en el país, en 1659, de acuerdo con el director del servicio de información meteorológico británico PA WeatherCentre, Michael Dukes, quien agregó que "si el calor continúa, como parece que sucederá, podríamos llegar incluso a la primera o segunda posición".
Según sus previsiones, este fin de semana se podrían alcanzar los 34 grados en Londres y Worcestershire (oeste de Inglaterra); los 31 grados en Birmingham y Manchester (centro y norte del país); 30 grados en Cardiff (Gales); 26 grados en Glasgow (Escocia) y 24 en Belfast (Irlanda del Norte).
En Alemania, ayer, viernes, se batió el récord de calor de los últimos veinte años, con 40,8 grados en una pequeña localidad del Sarre.
Mientras, la mayoría de los diarios destacan los dramas en Portugal o Francia, el popular "Bild" se han tomado el asunto por el lado gracioso pidiendo al canciller alemán, Gerhard Schroeder, que haga algo contra la canícula, en recuerdo de la actuación "heroica" del gobernante durante la catastróficas inundaciones de hace justamente un año.
Bélgica hierve por los cuatro costados y aunque las temperaturas no sean tan altas como en otros países, la falta de costumbre ha hecho que encontrar un aparato de aire acondicionado a la venta sea una aventura casi imposible.
Los tres últimos días han sido los más calurosos del año, con máximas de hasta 37,7 grados en Kleine-Brogel (este) y Virton (sur), y 34,4 en Bruselas, según los datos del Instituto Real de Meteorología, aunque no han llegado al récord de 38,8 grados alcanzado en junio de 1947.
La ola de calor ha provocado también una sequía sin precedentes en el parque natural del delta del Danubio en Rumanía, donde han ardido más de 900 hectáreas, y, según las autoridades, el río más caudaloso de Europa transporta tan sólo 12.000 litros por segundo, su caudal más bajo desde hace 160 años.
La ola de calor y los incendios afectan también a la costa balcánica del Adriático y en especial a Croacia, donde arde el parque nacional de Paklenica.
En numeras ciudades del continente se han agotados productos como helados, hielo o aparatos de refrigeración, como ocurre en varios puntos de España, como Andalucía o la costa del Mediterráneo, cuyas aguas han experimentados un aumento de tres grados respecto a veranos precedentes.
Las playas y los parques de Europa occidental están a rebosar y ha experimentado un aumento espectacular el consumo de helados y de bebidas, y así en el Reino Unido se espera que este fin se semana se vendan tres millones de pintas de cerveza más de lo normal en esta época del año.