NUEVA YORK.- El fotógrafo norteamericano Karl Amman logró filmar por primera vez un breve video de un animal misterioso que vive en la jungla del Congo, llamado "come leones" por los habitantes de la región, que se parece a un gigantesco chimpancé pero se mueve casi como un hombre.
Este raro mono provoca desde hace tiempos debates entre los científicos, y en torno a su curiosa figura se tejieron historias y leyendas que recuerdan las del Yeti, el "abominable hombre de las nieves" del Himalaya.
Las pocas tomas del llamado "mono de Bondo" (por la región de donde procede, en el norte del Congo) muestran una hembra con su cría.
Mientras tanto, en el laboratorio del zoológico de Omaha (Nebraska) se está examinando el material hallado en sus nidos, que está proporcionando datos sorprendentes.
Recientemente Amman -quien trabajó para publicaciones como el New York Times, Newsweek y la italiana Airone- hizo un resumen de la situación en su sitio de Internet.
En primer lugar, señala que el misterioso mono -que según los aborígenes es tan grande y fuerte que no muere con las flechas envenenadas que se usan contra otros grandes primates- puede ser tomado por un gigantesco chimpancé.
Tamaño aparte, también las huellas dejadas en el terreno son semejantes, pero -a diferencia de los chimpancés- no pasa mucho tiempo sobre los árboles. El mono vive en áreas de la provincia de Bili contiguas a las de los chimpancés, pero prepara su nido en tierra, como los gorilas, prefiriendo puntos a orillas del río.
Cuando sale la luna y luego baja, el animal emite una especie de ulular, que ningún chimpancé se animaría a producir por miedo a las hienas y otros predadores.
El cráneo tiene una cresta parecida a la del gorila macho, pero otro aspecto de su conformación recuerda a los chimpancés, aunque la trompa resulta mucho más larga y chata (en tanto la del chimpancé sobresale con claridad).
El examen de los pelos hallados en los nidos revela un ADN muy semejante al de los chimpancés, en tanto el análisis de las heces también sugiere una dieta similar. Pero el aspecto de las heces recuerda más a las del gorila, así como el modo en que el animal rompe las ramas de los árboles cuando se mueve.
Sin embargo, el material genético analizado es sólo el de las mitocondrias (las unidades energéticas de las células vivientes), que contienen exclusivamente ADN materno.
Por lo tanto, habrá que esperar el análisis de ADN del núcleo de las células para saber algo más sobre la misteriosa especie.
Sobre todo se busca saber si, como sugieren algunos estudiosos, el curioso mono puede ser un híbrido de chimpancé y gorila, pero en este caso no se explica cómo podría reproducirse (ya que habitualmente los híbridos son estériles).
Amman, que desde hace años lucha por la conservación de las zonas centroafricanas habitadas por los grandes primates, con los años recogió diversos testimonios sobre este mono, del que se dice que deambula sobre las patas posteriores, casi como el hombre, y que tiene la altura de un ser humano alto.
También Madame Liev, una misionera bautista que desde hace tiempo vive en la zona, contó sobre el acercamiento de un ejemplar más alto que ella (que mide más de 1,80 metros).
En cuanto a la experta Shelly Williams, de Omaha, confirmó personalmente los detalles sobre el animal que tuvo oportunidad de avistar.
Amman, decidido a saber más sobre el mono, instaló el pasado invierno (boreal) una suerte de video-trampa con ayuda de algunos aborígenes. Así logró tomar las inéditas imágenes entregadas a los investigadores del zoológico de Nebraska, que insisten en hablar de un importante descubrimiento, incluso si la conclusión final fuera que se trata de una suerte de chimpancé.
La importancia del hallazgo reside en que el conocimiento de nuevas formas de primates estrechamente emparentadas con el hombre puede ayudar a desenredar al ovillo de la evolución de la especie humana y otras especies vecinas.