BAGDAD.- Los agentes de la policía federal estadounidense (FBI) registraban el lunes minuciosamente los alrededores de la embajada de Jordania en Bagdad con el fin de encontrar el más mínimo indicio que pueda conducirles hasta los autores del atentado que costó la vida a 14 personas el pasado 7 de agosto.
Mientras un remolque se llevaba los restos de los vehículos carbonizados, investigadores vestidos de civil y con chalecos antibalas y guantes reunían los restos de explosivos en el cráter que provocó la detonación, en el estacionamiento situado ante la embajada y en la mediana que separa las dos vías de circulación de la avenida, así como en las casas vecinas.
"Estamos aquí a petición del gobierno jordano", subraya el responsable del FBI, Thomas Fuentes. La coalición estadounidense-británica afirmó el sábado que el ministro iraquí de Interior había pedido la asistencia del FBI.
"Es demasiado pronto para acusar a quien sea porque nuestra investigación acaba de comenzar", dijo a la AFP.
Una decena de agentes federales estadounidenses salían de la embajada con cajas de cartón bajo el brazo y las colocan dentro de vehículos. A estos agentes llegados al alba deben unirse en los próximos días expertos en explosivos del FBI procedentes de Washington.
Fuentes afirmó que el FBI está "prácticamente seguro" de que no se trata de un atentado suicida.
"Nuestra misión consiste en determinar el tipo de explosivo usado y el sistema de detonación. Esto nos dará indicaciones de cómo fueron entrenadas estas personas. Cada grupo tiene sus métodos y hay diferentes escuelas de artificieros", explica.
Según las autoridades jordanas, un cohete fue lanzado contra un vehículo cargado de explosivos aparcado en el estacionamiento de la embajada.
"Los restos de los vehículos serán transportados a un campamento militar estadounidense. Esperamos encontrar en ellos restos de explosivos", añade el agente federal.
Sin dejar de hablar, el responsable muestra el esqueleto de un automóvil levantado con ayuda de una grúa.
"Lo hemos encontrado en el tejado de la embajada", asegura. Algunos testigos dicen que se trata del coche bomba.
La bandera jordana ondea de nuevo en la embajada, en cuya fachada se ven claramente los restos del atentado: un muro derrumbado, los cristales rotos o las paredes llenas de agujeros.
En el tejado, un soldado estadounidense vigila. Algunos policías iraquíes también se dejan ver alrededor de la embajada pero no parecen formar parte de la investigación.
"Algunas pruebas fueron retiradas por la policía iraquí y también las examinaremos", asegura Fuentes.
Para el FBI, la lista de los móviles del atentado es casi tan larga como la de los sospechosos: desde paramilitares partidarios del ex mandatario Saddam Hussein hasta antiguos opositores enemigos acérrimos de Jordania, pasando por una nebulosa de movimientos islámicos radicales.
La investigación del FBI en los lugares del atentado más sangriento desde la caída de Bagdad en manos de las fuerzas estadounidenses el pasado 9 de abril llevará toda la jornada y la circulación será restablecida por la tarde. "Nuestra investigación no ha hecho más que comenzar", subraya el agente.
