WASHINGTON.- El FBI detuvo esta tarde en New Jersey a un ciudadano británico, quien supuestamente formaba parte de una operación internacional que planeaba introducir misiles para bazuca en Estados Unidos, informaron el martes las autoridades.
Un funcionario policial, que solicitó permanecer en el anonimato, no reveló el nombre del sujeto ni los cargos concretos en su contra.
La detención fue parte de una investigación más amplia del FBI, así como de las autoridades británicas y rusas, añadió el informante. Por lo menos dos personas más podrían ser detenidas.
Otro funcionario policial, quien tampoco quiso ser identificado, dijo que el sospechoso británico no parece conectado con algún grupo terrorista conocido, sino que sería un comerciante o traficante de armas.
Las autoridades enfatizaron que la supuesta conspiración no representaba aparentemente una amenaza de atentado concreta ni creíble.
Las preocupaciones de que algún terrorista pudiera usar un lanzamisiles apoyado en su hombro para derribar aviones comerciales se agravaron en noviembre, cuando dos cohetes SA-7 pasaron cerca de una aeronave israelí de pasajeros, la cual recién había despegado de Mombasa, Kenia.
En esa oportunidad, las autoridades sugirieron que Al Qaeda estuvo detrás del ataque, el cual coincidió con la explosión de una bomba en un hotel cercano.
Cientos o quizás miles de misiles SA-7 estarían disponibles en el mercado mundial de armas. Los proyectiles, dotados de sistemas de dirección que detectan el calor, pueden derribar aeronaves a bajas alturas y a una distancia de casi 5 kilómetros. Algunos lanzamisiles más viejos pueden ser adquiridos incluso por unos miles de dólares.
El Departamento de Seguridad Interna ha pedido que las empresas de alta tecnología diseñen sistemas antimisiles para los aviones comerciales. Algunos legisladores han presionado para que se destine más dinero al proyecto.
Entretanto, Estados Unidos ha enviado a varios expertos a los aeropuertos nacionales, así como a las terminales en Irak y las principales ciudades europeas y asiáticas, para evaluar la seguridad. Entre otros asuntos, los investigadores determinan si es posible defender los aeropuertos contra misiles pequeños.
Los gobernantes reunidos en junio en Evian, Francia, reconocieron que los lanzamisiles portátiles representan una amenaza y adoptaron un plan para restringir la venta de esas armas.