JERUSALÉN.- El Ejército israelí emitió una orden de expropiación de 13,45 hectáreas de terrenos en la aldea de Sur Baher, situada al sureste de Jerusalén, a fin de construir el muro de separación, informa hoy jueves el diario palestino "Al Quds".
La orden militar fue firmada, como es costumbre, por el comandante en jefe de la región Militar Central del Ejército israelí, Moshe Kaplinsky.
Las aldeas de Dahra al-Yanab, Um Nuyum, Uadi Humus, Uadi Humus a-Sharki, Sauin Yinab, Dahrat al-Juruch y al-Juruch y partes del distrito de Belén también se verán afectadas por la expropiación.
La orden militar 30/94/t incluye un mapa de la zona en el que se encuentra dibujado el recorrido del muro que separa las viviendas de agricultores palestinos de decenas de hectáreas de campos de cultivo, y de otras decenas de casas del resto de la aldea.
Además, el ayuntamiento de Jerusalén y el Ministerio de Interior han distribuido órdenes de derribo de decenas de casas construidas sin permisos, y derribaron ayer dos viviendas, lo que ha hecho que la tensión aumente entre los habitantes de ese pueblo.
La expropiación de ese terreno impide el crecimiento natural de esa localidad de 15.000 habitantes que ya ha sido afectada por confiscaciones de terrenos para construir el asentamiento de Armon Hansif, entre otros, y una carretera de circunvalación.
La construcción de la barrera de separación al sur de Jerusalén se extiende desde la colina de Abu Ghanein (Har Homa para los judíos) en las afueras de Belén, hacia el este hasta Sur Baher.
Israel construye otro muro al norte de Jerusalén, con lo que en total serán 20 kilómetros de barrera alrededor de la Ciudad Santa.
Entretanto, la primera fase de la "valla de seguridad", según el léxico israelí, que recorre 145 kilómetros al noroeste de Cisjordania sobre terrenos palestinos, ya ha sido completada.
En algunas zonas el muro de cemento, que cuesta alrededor de 1,5 dólares por kilómetro, alcanza los ocho metros de alto por tres de ancho.
En ese primer tramo, el espacio entre la "línea verde", que separa Cisjordania de Israel, y el muro de separación llega a tener siete kilómetros de profundidad y aisla un total de 9.650 hectáreas de terreno y trece aldeas palestinas enteras con una población de 11.700 personas.
La "valla de seguridad" constituye para los palestinos y para la comunidad internacional uno de los principales obstáculos para las negociaciones de paz y ha sido calificado por la administración estadounidense como "un problema".
No obstante, Israel insiste en continuar con la construcción de la barrera que considera esencial para impedir la infiltración de atacantes palestinos y garantizar la seguridad de sus ciudadanos.