HAMBURGO.- Casi dos años después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 (11-S) en Nueva York, la justicia alemana inició esta mañana en Hamburgo el segundo juicio contra un supuesto integrante de la red terrorista Al Qaeda, en medio de un gran dispositivo de seguridad.
El acusado es el marroquí Abdelghani Mzoudi, de 30 años, y enfrenta los cargos de complicidad en el asesinato de 3.066 personas y de integrar una banda terrorista.
La fiscalía lo acusa de ser miembro de la denominada "célula hamburguesa" y haber sido uno de los ayudantes de Mohammed Atta, uno de los pilotos suicidas que estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York los aviones comerciales secuestrados.
En caso de ser declarado culpable, Mzoudi puede ser condenado a 15 años de cárcel.
En el primer día del proceso, el fiscal Matthias Krauss aseguró que Mzoudi era el administrador de Atta y contribuyó a los preparativos de los atentados del 11-S, le proporcionó ayuda intencionada y con medios peligrosos y solapados contribuyó a la muerte de 3.066 personas.
La acusación fue presentada por el fiscal general alemán, Kay Nehm, y está contenida en 90 folios. En ella se señala que Mzoudi estaba al tanto de los preparativos de los atentados y que conocía los objetivos de los terroristas.
A Mzoudi se le acusa además de estar estrechamente ligado a Ramzi Binalshibh, sindicado como uno de los organizadores de los atentados del 11 de septiembre, detenido en Pakistán el año pasado y actualmente en prisión en Estados Unidos.
Ya antes del proceso, Mzoudi había anunciado que no hará ninguna declaración para responder a la acusación. Hoy sólo se limitó a hablar sobre su infancia, diciendo que actualmente era un berebere arabizado por el islamismo.
Su abogada Gul Pinar dijo a su vez hoy que las acusaciones eran "ajenas a la vida real" y señaló que el contacto con el grupo de Atta era algo cotidiano y común en la residencia estudiantil que compartían.
En un primer juicio contra la célula de la red terrorista de Al Qaeda celebrado en Hamburgo, un tribunal condenó en febrero de este año al marroquí Mounir al-Motassadeq, de 28 años, a una pena carcelaria de 15 años. Motassadeq rechazó todos los cargos y apeló la sentencia ante la Corte Suprema alemana.